Kalidou Koulibaly y un triste momento.
AFP
MILÁN.-
Vergüenza en Italia. Así hablan en el mundo y hasta en el mismo país europeo tras lo sucedido en el duelo entre el Napoli y el Inter de Milán.
Kalidou Koulibaly fue uno de los jugadores que sufrió con los cánticos racistas de la hincha del cuadro lombardo, hecho que colmó la paciencia del entrenador Carlo Ancelott.
El técnico del Napoli no sólo pidió en ese momento la suspensión del encuentro, también advirtió que su equipo abandonará la cancha la próxima vez que alguno de sus jugadores sea sujeto de insultos.
El DT solicitó en varias ocasiones que el partido se detuviera a raíz de los cantos racistas. Mediante los altavoces del estadio, se advirtió al público sobre la posibilidad de que el encuentro se interrumpiera, sin que se tomara esa medida.
"Pedimos tres veces que el encuentro se detuviera por los cánticos racistas", relató Ancelotti. "Se hicieron anuncios, pero el partido continuó. La próxima vez lo vamos a parar abandonando la cancha, incluso si ello significa perder sobre la mesa".
Ancelotti afirmó que la falta de una reacción adecuada por parte del cuerpo arbitral desembocó en la expulsión de Kalidou Koulibaly, zaguero del Napoli.
Durante el partido de la Serie A, varios espectadores emitieron sonidos semejantes a los de un mono, para insultar al seleccionado senegalés. Koulibaly recibió dos tarjetas amarillas, la segunda por aplaudir sarcásticamente al árbitro después de que le había mostrado la primera.
"Koulibaly estaba agitado y nervioso, lo que es normal", dijo Ancelotti. "Esto no es bueno para nosotros ni para el fútbol italiano".
Mediante Twitter, Koulibaly se dijo orgulloso de haber nacido en Francia de padres senegaleses.
"Lamento la derrota y haber abandonado a mis compañeros. Pero estoy orgulloso del color de mi piel, de ser francés, senegalés, napolitano, hombre", escribió.
Se trata del caso más reciente de racismo que mancha el fútbol italiano.
En abril de 2017, Sulley Muntari abandonó el campo durante un partido de la Serie A, en respuesta a los insultos racistas. El mediocampista de Pescara enfureció tras intentar infructuosamente que el árbitro detuviera el encuentro en Cagliari.