Con 18 años, Musa Juwara se lució en el mítico San Siro. El delantero del Bologna partió en el banco y saltó al campo en el segundo tiempo. Hasta el pasado domingo no tenía ningún gol en la Serie A, pero con una volea inició la remontada contra el Inter de Alexis Sánchez. "Quiero agradecer al entrenador por mostrarme su confianza", dijo escuetamente tras el encuentro.
En 2016 esto parecía un sueño de proporciones exageradas. Juwara nació en Gambia, uno de los países más pobres del mundo, y creció sin familia. Sin ninguna opción para el futuro, decidió subirse a un bote y cruzar el mediterráneo rumbo a Italia. Sabía que en esos viajes es la vida misma la que se pone en riesgo. Tenía apenas 14 años y lo hizo solo.
Al llegar a la costa de Sicilia, lo ingresaron en un centro de menores en la región de Potenza y trabajaba en lo que saliera para subsistir. Su suerte comenzó a cambiar gracias al fútbol. El Virtus Avigliano, un equipo amateur de la zona, le dio la posibilidad de demostrar qué sabía hacer con la pelota en los pies.
Rápidamente se convirtió en figura y el entrenador Vitantonio Summa se conmovió con la historia del nuevo prodigio del club. Junto a su esposa Loredana Bruno decidieron tomar la custodia legal del niño y lo sacaron del hogar para llevárselo a vivir a su casa.
Varios elencos profesionales posaron su mirada en él. El que más interés mostró fue el Chievo Verona, sin embargo, la Federación italiana frustró el traspaso. Las nuevas reglas del organismo impedían la adquisición de un joven como Juwara, ya que era considerado como una explotación a los inmigrantes en el país.
El veloz extremo entró en depresión. No entendía por qué la burocracia se oponía a su sueño. Encontró consuelo en sus padres adoptivos y en una frase que ha publicado en su instagram: "Cree en ti mismo y deja todo en las manos de Dios".
Tuvo que dar una ardua batalla en tribunales y finalmente los abogados lograron demostrar que con la medida el único perjudicado era él. Se fue al Chievo y su extraordinario rendimiento goleador en las inferiores le permitió hacer su debut con el primer equipo en la temporada 2017-18.
El Bologna vio el potencia que había en él y lo contrató en 2019. La idea era que jugara con la Sub 19, pero una vez más le ganó al juego de probabilidades.
