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Nalbandian explica lo difícil que es llegar al número 1 siendo de Sudamérica y cuenta una hilarante anécdota con Federer

El tenista argentino también destacó la importancia del aspecto mental en el deporte.

09 de Julio de 2020 | 20:42 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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AFP
David Nalbandian es uno de los grandes tenistas que ha dado Sudamérica. Ganó el Torneo de Maestros en 2005, fue semifinalista de los cuatro grandes y llegó a ser tres del mundo. Parecía que podía seguir escalando hasta el número uno, pero cree que siendo de Sudamérica es muy difícil.


"Para los sudamericanos es muy difícil a nivel de calendario. La mitad del año se juega en Europa y la mitad del año en Estados Unidos. Vives lejos de los centros del tenis. Para plantear un razonamiento lógico para ser número 1 debes hacer base en uno de esos sitios, para no hacer tantos vuelos y tanto jet lag. Y para ser número 1 necesitas varios años. Y eso no lo quería hacer, me plantearon vivir en Mónaco, pero yo soy argentino y no quise hacer base allí", comentó en diálogo con la cadena ESPN.

Ha habido muchos casos de deportistas talentosos, pero que han terminado rindiendo menos de lo esperado. Nalbandian cree que la cabeza es tanto o incluso más importante que la técnica.

"Hay una gran frase que decía 'mientras más entreno, más suerte tengo'. Y eso es así, cuanto más haces más oportunidades tienes de que te vaya mejor. Con esa base, encaminado, después el entorno es el que te ayuda para que la cabeza tome mejores decisiones. Siempre discutía con mis entrenadores que no me servía estar muy bien entrenado, pongamos tener un 9, si luego la cabeza estaba en un 2, saturada. Porque cuando no estás bien de físico o de tenis, ahí la cabeza, si está bien, va a ayudarte", expresó.

El trasandino contó, además, una divertida anécdota con Roger Federer. Tras perder en una partida de videojuegos con Rafael Nadal y David Ferrer, él y Carlos Moyá tuvieron que bajar en calzoncillos al vestíbulo del hotel.

"Era Montecarlo, un hotel súper bueno al lado del casino, y perdimos el partido. Nos tocó perder y teníamos que bajar en calzoncillos, dar una vuelta a una mesa pequeña que estaba a unos metros del ascensor y subir. Era 2004, 2005 o 2006, no sé. Se abre la puerta, vamos a salir y de frente aparecen Federer y la mujer, así, como a tres metros, y nos miran como diciendo: '¿Qué hacen, tarados?'. Imagínate estos suizos, que aparecemos nosotros desnudos, una cosa de locos", recordó.

Se devolvieron a la habitación con Federer muerto de la risa y con la esposa, Mirka Vavrinec, no pudiendo creer lo que pasaba. Sin embargo, alguna vez le tocó pagar a Nadal y Ferrer.

"A morir, olvídate, ellos también. Era terminar el partido, dejar los mandos y bajar al lobby. Era muy parejo, Charly jugaba un huevo el hijo de p…, era muy bueno", narró.
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