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Manny Pacquiao, el boxeador que superó la pobreza extrema y que a sus 41 años aspira a agrandar aún más su leyenda

El filipino se fue a los 12 años de su casa y vendía donas en la calle para sobrevivir.

10 de Julio de 2020 | 22:02 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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El Mercurio
Manny Pacquiao es una leyenda viviente del boxeo. El filipino es el único que ha logrado nueve títulos mundiales en ocho categorías distintas y ya tiene asegurado su lugar en el Salón de la Fama. "Es el mejor que he visto, incluido Mohamed Ali", ha dicho el promotor Bob Arum.


A Pacquiao le dicen "Pacman" por su estilo agresivo. Con su metro y 67 centímetros siempre va hacia delante con la intención de dinamitar a sus rivales con los cañones que hay en sus manos. Ese espíritu indómito viene de la calle, de cuando no había ni para comer.

Se fue a los 12 años de su casa después de presenciar un episodio que lo marcó a fuego. Un amigo de la familia mató al perro que tenía como mascota y luego vio a su padre comerse al animal.

"Filipinas es un lugar pobre, no hay bienestar, ningún sistema de salud y si usted no tiene un trabajo o dinero, entonces hace cualquier cosa para sobrevivir. Vivía en la calle, donde compraba donas y las vendía cinco centavos más caras para poder sobrevivir. Dormía en una caja de cartón. Se abrió paso a través de todo esto y se convirtió en profesional a los 14 años. Mira el hombre que es hoy", contó su entrenador Freddy Roach.

En sus primeros combates le pagaban dos dólares y tenía que echarse algo a los bolsillos para poder dar el peso. Se forjó a sí mismo y de ahí saltó al estrellato.

El introvertido Pacquiao se sorprendió con la pompa y los excesos de Las Vegas. Parecía en su momento que la noche podía destruirlo, pero la religión lo salvó: "No se trata de mi gloria o la de mi familia, se trata de agradecer a Dios que llevara a alguien que no tenía nada a tenerlo todo".

Pacquiao, hoy senador en su país, recorre los barrios pobres sin poner distancias. Se sabe afortunado e intenta compartir con aquellos que le recuerdan sus peores días. Dedicó parte de sus ganancias a construir mil casas para familias sin recursos en la ciudad de Manila.

Él vivía en una mansión, pero en 2014 la puso en venta y le pidió disculpas a sus vecinos. Le habían reclamado porque mucha de la gente que lo visitaba "andaba mal vestida".

"Puedo ser tan rico como algunos de ellos aquí, pero mi estilo de vida es el mismo y así es mi corazón. Nunca voy a cambiar", expresó.

A sus 41 años le sigue quedando cuerda. En julio de 2019 venció a Keith Thurman en uno de esos duelos que enaltecen al arte de los puños y probablemente vuelva a subir al ring este 2020 ante Mikey o Danny García. En caso de ganar, seguiría siendo el monarca mundial de peso welter y sería el hombre de más edad en mantener el cetro. Pacquiao, de sonrisa tímida y una mirada algo esquiva, sigue teniendo hambre, aunque la batalla más feroz ya la ganó por nocaut.
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