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Lo dieron en adopción y casi se retira por una lesión: La historia del tenista brasileño que triunfa en el circuito ATP

Es top 100 del ranking, pero tanto él como su familia han tenido que hacer grandes sacrificios para sacar adelante su carrera deportiva.

18 de Julio de 2020 | 22:00 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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ATP
Cada deportista es una historia. Thiago Monteiro (82° de la ATP) ha tenido que superarse constantemente para hacerse un nombre en el mundo del tenis. Asegura que todo se lo debe a su madre.

"Soy adoptado. Cuando nací, mi madre se estaba recuperando de un cáncer de mama, pero quería adoptar porque pensaba pensó que yo podría llegar a ser una estrella brillante en su vida", expresó en el blog Behind The Racquet.

Monteiro es el mejor brasileño del ranking actualmente. No conoce a sus padres biológicos y no le interesa hacerlo.

"Nunca quise conocer a mis padres biológicos, no lo vi necesario. Mi madre fue quien me crió y nada puede cambiar eso. También soy uno de los primeros jugadores de alto nivel procedentes del norte de Brasil. Vengo de una familia humilde, no pobre, pero tampoco rica. Crecí con mi madre, mi hermano y mis tres hermanas. Nunca conocí a mi padre, ya que mis padres estaban separados, así que no tenemos contacto con él", comentó.

Jugaba tenis y fútbol, pero a los 14 años se decidió por la raqueta. "Me fui de casa para entrenar a una Academia que estaba a tres horas y media de vuelo desde mi ciudad natal, en el sur de Brasil. Viví allí durante cinco años mientras el tenis pasaba de ser mi hobby a una rutina profesional. Nadie en mi ciudad creía que podía llegar a la cima, pero mi hermano mayor me apoyó mucho durante mi carrera. Recuerdo cómo me llevaba a jugar torneos juniors a distancias de más de diez horas en coche", apuntó.

"Nunca quise conocer a mis padres biológicos, no lo vi necesario. Mi madre fue quien me crió y nada puede cambiar eso"

Thiago Monteiro

Mientras se intentaba abrir paso en el circuito de los Challengers vivió un duro momento. Estaba a punto de ganar una qualy en Eslovaquia, pero no podría terminar de jugar.

"Estaba 9-8 en el tiebreak del tercer set, a un punto de lograr el pase al cuadro final. Corrí a por la bola cuando, de repente, escuché un crujido. El juez de silla detuvo el partido y llamó a una ambulancia. No podía moverme. Fui al hospital y al día siguiente tuve que regresar a Brasil, donde me dijeron que me había roto el ligamento anterior cruzado. Algunos médicos me dijeron que no necesitaba cirugía, pero otros me decían que sí porque querían ganar más dinero. Eso sí: si me operaba, existía la posibilidad de que nunca más pudiera volver a jugar", afirmó.

Estuvo cuatro meses sin jugar y perdió todo su tenis. "Por primera vez no tenía ni idea de lo que me iba a pasar. Pero seguía yendo a mi Academia para verlos a todos entrenar. Cuando por fin volví a la cancha todo fue positivo, incluso mejoré como tenista. Al año siguiente tuve la mejor temporada de mi carrera. Ahora es mi deber devolverle a mi familia todo lo que me dio. Seguimos sin ser ricos, todavía necesitamos dinero para pagar facturas y poner comida sobre la mesa, pero al fin tenemos buenas condiciones para vivir", cerró.
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