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Qué fue de Gerd Müller, el mítico "Torpedo" alemán que hoy lidia con una terrible enfermedad

Es un símbolo del Bayern y de la selección germana. Tras el retiro, sufrió con el alcohol.

23 de Julio de 2020 | 22:03 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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En la final de la Copa del Mundo contra Holanda en 1974.

El Mercurio
Uno de sus entrenadores lo molestaba llamándole "gordito" y "bajito". Gerd Müller tenía un físico poco común para un futbolista de élite y no era una superdotado técnicamente, pero aun así se las arregló para ser uno de los goleadores más mortíferos de la historia. Se movía con la prestancia de un astuto cazador dentro del área y tenía un cañón en los pies. Superó la barrera de las 700 dianas en su largo camino.


El "Torpedo" arrancó con el Bayern Munich en segunda división y fue pieza clave en el crecimiento del coloso bávaro. Con él anotando a diestra y siniestra, los muniqueses ganaron cuatro ligas y tres Copas de Europa. A nivel individual conquistó el Balón de Oro, la Bota de Oro y en el Mundial de México se consagró goleador con la impresionante cifra de 10 tantos.

Sin embargo, esos no serían el mayor logro de su carrera. En 1974, Alemania dio la sorpresa y venció a la exquisita Holanda de Cruyff en la final del Mundial. El tanto de la victoria, era que no, llevó la firma de Müller.

Esa brillantez dentro de la cancha contrastaba con el carácter impulsivo y errático que mostraba en su vida cotidiana. Se alejó de la selección después de ganar el Mundial y abandonó el Bayern enojado porque lo sustituyeron en un partido. Luego se arrepentiría por sus decisiones apresuradas.

Vivió el final de su carrera en el Fort Lauderdale de Estados Unidos. Invirtió sus ahorros en una tienda de deportes en Munich y un restorán en Florida. Ambos negocios fracasaron. Müller, abrumado, empezó a beber más de la cuenta hasta caer en el alcoholismo. Su mujer le pidió el divorcio y su vida familia se destruyó.

Sus viejos compañeros en la selección le ofrecieron ayuda. Desde Franz Beckenbauer hasta Uli Hoeness. Le dieron casa, dinero para costear las deudas y lograron convencerlo de internarse en una clínica de rehabilitación.

"Me destrocé la vida. Si pudiese recuperar el tiempo no dejaría de hacer lo que hice en el fútbol aunque sabiendo lo que me ha sucedido ahora, sí que no habría dedicado mi tiempo a abrir un restaurante o una tienda de deportes. Fue demasiado aburrido para mí no hacer nada durante todo el día, encontrarme sin trabajo", expresó Müller.

El Bayern le dio trabajo entrenando a uno de los equipos juveniles. El "Bombardero de La Nación" volvió a ser feliz y participó en la formación de cracks como Philipp Lahm. Sin embargo, en 2011 hubo un toque de alerta. En una pretemporada en Italia, desapareció de la concentración y el Bayern puso una denuncia por presunta desgracia. La policía finalmente lo encontró vagando por las calles de Trento totalmente desorientado.

Parecía que no había sido más que un incidente aislado, pero después se confirmó que padecía un avanzado alzheimer. Con 74 años, vive en una residencia en compañía de sus más cercanos. Karl-Heinz Rummenigge, dirigente de los bávaros, dio a conocer la noticia y dejó una frase que resume perfectamente el impacto del artillero: "Gerd Müller fue uno de los grandes jugadores del fútbol mundial. Sin sus goles, el Bayern y la selección alemana no estarían donde hoy están".

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