Marzo pasado e Isidora Jiménez volvía a Chile. Dejaba un momento la vida en Europa para competir en su país. Pero lo que era una estadía breve, de unas semanas, terminaría en mucho más que eso.
Ya son más de cuatro meses los que la velocista lleva en suelo nacional. El sur ha sido su refugio en medio de la pandemia. Su marido y su perro los grandes compañeros.
Tal como millones de personas en el mundo, el caos provocado por el coronavirus cambió radicalmente su rutina. De días de intensos entrenamientos, viajes y torneos, pasó a disfrutar del calor del hogar.
Ahora aprovecha al máximo los días alejada del ruido y el ajetreo de costumbre, ese mismo que marca su día a día cuando está en Santiago o en Barcelona, donde vive hace un tiempo.
Una casa en la región de los Ríos, lugar sin mayores problemas por el coronavirus, es su refugio, donde disfruta de la serenidad y le brinda entrenar en plena naturaleza. Respira aire limpio.
"Fue bastante brusco dejar la rutina de golpe, pero ha sido un tiempo para pensar y descansar, cosas que raras veces se pueden hacer. También he podido trabajar en mi tesis y entrenar dentro de lo que se puede. Eso ha sido todo un desafío, pero con ganas y disposición se puede adecuar el entrenamiento. No me puedo poner clavos y correr, pero sí mantenerme", cuenta en diálogo con Emol.
Isidora en la tranquilidad de la naturaleza y disfrutando de momentos que pocas veces puede por la ajetreada rutina.
- ¿Qué tan radical fue el cambio de estilo de vida?
"Fue heavy el cambio, pero lo tomé con altura de miras y tranquilidad, buscando soluciones. Se siente parar bruscamente cuando se vive en una intensa rutina, pero como estaba en España sabía cómo se venía la cosa. Traje implementos desde allá para trabajar en fortalecimiento. Estamos todos en las mismas y ahora importa la salud mundial más que lo deportivo".
- Claramente frenar de golpe es muy difícil para un deportista de élite. ¿Te ha costado mucho el tema físico y psicológico?
"No es lo mismo entrenar así que al 100%, pero me he adaptado bien. El tema psicológico afecta, lo he notado conversando con otros deportistas y por lo que me pasa a mí. Va más allá de no poder salir o entrenar, es la incertidumbre por saber cuándo volveremos a competir, si habrá o no JJ.OO., si tendremos tiempo para hacer las marcas, si habrá competencias o no para lograrlo".
- ¿Hay miedo por eso?
"Es que ya no es llegar y decir voy a ir a Europa a buscar marcas. Subirse a un avión no será lo mismo, entre que no se puede y los temores que vendrán por poder enfermarse. Provoca mucha incertidumbre no saber sobre el futuro".
- ¿Y crees que todo esto pueda afectar tu objetivo de clasificar a los JJ.OO. de Tokio?
"Ir a Tokio estará mucho más difícil, pero no cambia nada en mi cabeza. Sigo pensando en lograr la marca mínima, también se puede por ranking porque cambiaron el sistema, pero ahí se ve más difícil por un tema de calendario y organización. Las marcas mínimas son altísimas, pero creo que lo puedo lograr. Si entreno bien y estoy en mi peak lo puedo lograr, no voy a bajar los brazos hasta el último momento. Tengo toda la fe".
- Se nota que habrá un gran impacto con todo esto, ¿cambiará mucho tu planificación por esta pandemia?
"Claramente serás así. No tenemos idea de nada de las competencias, sigue siendo todo incierto, hay que esperar cómo va avanzando todo y ver qué posibilidades se van abriendo. Yo creo que voy a competir bastante en Chile para evitar exponerme por todo lo que implica el coronavirus. Hay que tomarlo con paciencia, tranquilidad, tarde o temprano esto se va a arreglar y vamos a poder armar el calendario".
Alistando un lento regreso
Han sido cuatro meses en el sur, de una vida mucho más tranquila que la habitual. Sin embargo, Isidora ya vive los últimos días lejos de la capital: Es parte de los 250 deportistas beneficiados por el permiso especial del Gobierno para poder entrenar y la próxima semana viajará a Santiago.
"Estoy muy contenta con esto, es una gran iniciativa y más aún estar considerada entre los deportistas con permiso para entrenar. Me gustaría que fueran todos, pero se entiende que hay que ir de a poco retomando todo", relata.
"Significa un cambio en la estructura del trabajo que venía haciendo, es distinto estar en la casa a poder ir a la pista, se trabaja de otra forma. Gracias al club de la UC que me dejará entrenar allí, es muy motivante", agrega.
Y cierra: "Aunque sea con un salvoconducto sólo para ir y volver, eso es algo ya muy importante. Ayuda al tema psicológico, es un acercamiento ya a alguna mejoría en este tema. Me motiva bastante poder pensar que habrá otro tipo de plan para poder seguir entrenando".
