Desde el jueves 16 de julio que una serie de deportistas chilenos de alto rendimiento volvieron, después de meses, a entrenar con un permiso especial otorgado por el Ministerio del Deporte y con una serie de protocolos sanitarios.
¿Quiénes fueron aprobados para volver a las prácticas? Aquellos que ya estén clasificados a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, los que se encuentran con posibilidades de lograr un cupo y quienes tienen eventos fundamentales para lograr ese objetivo.
En medio de este escenario, se ha generado una polémica en torno a algunos deportistas que no recibieron este permiso porque no cumplían con los requisitos, pero que a pesar de que desde este martes comenzó el desconfinamiento en algunas comunas, siguen sin recibir respuestas.
Este es el caso de Bárbara Hernández, nadadora en aguas gélidas, quien no se ha podido meter a una piscina desde marzo y quien incluso ha tenido que buscar insólitas fórmulas para mantenerse activa.
"Estoy esperando para ver si hay alguna novedad de volver a entrenar en el Estadio Nacional. O si no, estoy dispuesta a adaptarme a lo que se pueda. Harta gente me ha llamado ofreciéndome sus piscinas en casas particulares. Son chiquititas y todo, pero filo. Estaba viendo con mi entrenador para quizás amarrarme con elásticos y así poder nadar", comenzó señalando a Emol la "Sirena del hielo", quien brilló a principios de año al cruzar el Canal de Beagle.
Pero no solo esto. Aparte, Hernández sorprendió con otro particular método para practicar a raíz de todas las restricciones que hay: Aclimata dentro de un tarro de basura.
"Para aclimatar me meto en un tarrito con agua y hielo. Apenas entro ahí. Los vecinos me regalan hielo y otras veces tratamos de comprar. Igual entendiendo que está difícil la situación. Esto lo hago para entrenar la tolerancia al frío, que es lo que se va perdiendo con tantos meses sin nadar. Ahí (en el tarro) no puedo nadar", sostiene entre risas, para agregar "pero puedo tolerar el frío y tratar de manejar la hipotermia. Me meto hasta 45 minutos".
En cerca de dos meses la nadadora nacional tiene una importante competencia. Una maratón acuática de 47 kilómetros (dura alrededor de 10 horas) en Estados Unidos y solicita ayuda urgente para poder prepararse.
"Estoy literal rogando. Por favor qué necesito hacer para que me consideren. Si no me voy a ir igual a corazón (a EE.UU.), con los riesgos que significa, porque son competencias igual extremas", cierra.
Golf y hockey césped, también relegados
Pero el caso de Bárbara no es único. Por ejemplo, el reconocido golfista Felipe Aguilar, tampoco ha podido entrenar porque los clubes no han recibido autorización para abrir y se le nota molesto por la situación.
"No encuentro ninguna razón sanitaria de por qué no se pueden utilizar las áreas verdes de los clubes privados, sin la necesidad de abrirlos, ojo. No lo puedo entender, no hay una respuesta clara. No solamente pasa con el golf, esto es transversal. Son espacios grandes, abiertos, hay mejor trazabilidad para saber quién entra y quién sale", sostiene.
En esa misma línea, el ex número 99 del ranking mundial agrega que "no he podido entrenar nada, hay una multa de 30 millones de pesos si pisas la cancha. Debemos llevar tranquilamente tres meses sin agarrar un palo de golf arriba del pasto".
Debido a esta situación, su calendario tuvo que ser modificado considerablemente e incluso teme que pueda perder el año.
"Boté unos torneos que tenía que jugar en Europa porque no he entrenado nada. Hoy me voy a Estados Unidos, con dos chicos más que van a jugar el US Amateur, porque acá no se puede entrenar y porque tengo la suerte de poder hacerlo y ellos tienen que competir.
Yo no tengo fecha de regreso, porque si no estoy al 100%, voy a perder el tiempo. Necesito por lo menos un mes o un mes y medio de entrenamiento. Cuando vuelva a Chile el 16 de agosto, no sé si vamos a poder entrenar. Si no se puede, ya se me fue el año. Año perdido", se lamenta Aguilar.
Una que está más esperanzada para retornar a los entrenamientos es Camila Caram, capitana de la selección chilena de hockey césped, quien cree que podrán volver luego, pero aún así sigue a la espera de una confirmación.
"Solamente hemos podido entrenar en la casa. Estamos a la espera de poder ir a entrenar a algún club, pero no hay nada confirmado.Yo ahora podría ir a entrenar a la plaza, pero no voy a ir a jugar hockey a la plaza, donde le puedo pegar un pelotazo a alguien", comenta.
Y continúa: "Hemos tenido mucha paciencia. Sería ideal poder usar el club donde entreno. Simplemente usar la cancha, las áreas verdes. Incluso se puede controlar mejor el acceso, la gente que va, la cantidad de personas que entran. En una plaza podríamos ir 700 personas a juntarnos y vamos a estar todos apiñados. Por eso a veces no se entiende un poco por qué no se puede usar la cancha de hockey".
Mira cómo entrena Bárbara Hernández