El RB Leipzig ha revolucionado la Champions. Los alemanes sacaron del camino al Tottenham de José Mourinho y luego al Atlético de Madrid de Diego Simeone. Su historia es sorprendente. Hace once años estaba en quinta división y creció bajo el alero de la multinacional Red Bull. Un hombre clave ha sido Julian Nagelsmann. Por su edad, 33 años, podría ser uno de los veteranos del equipo, pero no. Es el técnico.
Al RB Leipzig no le sobra talento, pero Nagelsmann lo ha hecho jugar por encima de sus posibilidades técnicas. Presión alta, ritmo frenético y mucha valentía para dejar a los centrales mano a mano con los delanteros rivales. Para muchos es el prodigio de la nueva escuela alemana que hoy domina Europa. Un técnico "moderno" o "futurista".
Nagelsmann, que asegura que sus mejores ideas se le ocurren en el baño, soñaba con ser futbolista, pero una seguidilla de lesiones y una cirugía en la rodilla dinamitaron su sueño a los 20 años. Buscando seguir vinculado a la pelota, empezó a trabajar con el staff técnico del Augsburgo redactando informes de los rivales. Por mucho tiempo estuvo al mando de Thomas Tuchel, el actual técnico del Paris Saint Germain, su rival en la Champions.
En 2016, con 28 años, se convirtió en el DT más joven en debutar en la Bundesliga . Más allá de alegría por la oportunidad, no parecía un desafío sencillo. Llegaba a un Hoffenheim que peleaba por salvarse de la categoría. No solamente evitó el descenso, si no que llevó al equipo a disputar una Champions League por primera vez en su historia.
En el Hoffenheim tuvo a Eduardo Vargas, pero el chileno nunca terminó de adaptarse. Finalmente lo desechó.
Las "locuras" de Nagelsmann llamaban la atención del fútbol teutón. Utilizó al 10 como líbero y puso a sus delanteros como laterales. Cree que el nivel físico en la alta competencia difícilmente pueda ser mejor, por lo que apunta a explotar la mentalidad de sus futbolistas.
"En el entrenamiento el enfoque es el de variar mucho las situaciones de juego y las maneras de abordarlas, para que los jugadores no se aburran. Elijo tareas que tienen el mismo objetivo, pero con, por lo menos, dos o tres reglas de provocación. Estas reglas de provocación entrenan la agudización de los sentidos, igual que las herramientas tecnológicas. Por ejemplo: estamos entrenando en abrir el juego con los tres centrales y tenemos, más o menos, cuarenta diferentes formas de hacerlo. Las reglas de provocación podrían ser un limitado número de contactos con el balón, o solo poder utilizar un espacio específico para moverse. O a veces si recuperan el balón solo pueden marcar un gol en una zona específica. Siempre tienen que estar atentos a estas reglas. El objetivo es que no sea un simple 11 contra 11 sino situaciones en que los jugadores tienen que procesar muchas informaciones a la vez y actuar de forma adecuada", afirmó en entrevista con El País.
Luego del éxito en el Hoffenheim, lo fue a buscar el Bayern Munich. También el Real Madrid. Sin embargo, él sentía que no era el momento y se fue al RB Leipzig.
"Le da confianza al jugador. A mí, que venía de jugar poco en el City, me la dio desde el primer día. Aquí me permitieron expresarme, no te limitan, te dejan hacer lo que quieras, pero siempre hay que tener el balón e intentar encontrar la mejor solución. Creemos en la idea de nuestro entrenador, nos gusta la forma en la que jugamos y disfrutamos", comenta el zurdo Angeliño.
Este martes Nagelsmann tendrá el mayor desafío de su joven carrera frente a su viejo maestro Tuchel. El maestro contra su mejor alumno. Se espera un duelo eléctrico.