De Damian Lillard siempre se ha dicho que está algo "infravalorado" en la NBA. Pese a ser un All Star, el base de Portland no tiene el trato que otras figuras de la liga gozan.
Esto ha cambiado al menos un poco tras el parón por el coronavirus. Lillard ha mostrado un rendimiento monumental y guió a su equipo a los play-offs. Fue escogido como el jugador más valioso de la burbuja de Orlando.
Los números lo avalan. En la victoria contra Dallas, llegó al máximo de puntos de su carrera: 61. Esa marca le permitió igualar un récord de hace 57 años perteneciente al mítico Wilt Chamberlain. Es el segundo jugador de la historia con tres duelos de 60 o más puntos en una misma campaña. A Golden State también le anotó 61 y a los Nets 60.
Es también el basquetbolista que más ha anotado en los tres duelos previos a los play-offs. Registró nada menos que 158, superando a Dominique Wilkins y Kobe Bryant.
"Lillard está cambiando el juego con su capacidad de cruzar media cancha y lanzar con esa facilidad y precisión. Hay que darle mucho crédito", dijo el entrenador de los Nets, Nick Friedell.
Una de sus especialidades son los tiros de nueve metros. Lanza casi desde el logo de la mitad de la cancha con una enorme eficacia. Ha encestado 54 de 130 lanzamientos, promediando 41.5% de eficacia. El resto de los jugadores de la liga se quedan en un 22.9% desde la misma distancia.
Ahora Lillard desafía a Los Angeles Lakers de LeBron James. El elenco dorado y púrpura no viene jugando bien. Lillard quiere seguir luciéndose ante el mejor del mundo.
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