Conocido es que Andy Murray ha debido sobrepasar una larga cantidad de lesiones y operaciones para poder volver a su nivel en el tenis, ese nivel que lo mantuvo por 41 semanas al tope del ranking mundial.
El escocés, quien se retiró de la actividad por algún tiempo, está causando sensación.
Sí, porque en el Masters 1000 de Cincinnati, en el que está participando gracias a una invitación en este retorno del circuito por la pandemia, está mostrando un nivel que hace acordar sus mejores épocas.
Murray, de 33 años y actual 134 del orbe, venció este lunes al prodigio Alexander Zverev (7°) en segunda ronda, por un luchado 6-3, 3-6 y 7-5. Esta fue su primera victoria ante un top 10 desde 2017, cuando ganó a Kei Nishikori en Roland Garros.
"Por fuera, me veo negativo en los partidos, pero por dentro siempre creo que puedo ganar. Nunca he perdido mi instinto competitivo. Cuando eso ocurra, creo que será el momento de retirarme", dijo tras su triunfo ante Zverev.
Al británico le ha costado. Las lesiones no lo han dejado tranquilo. En 2017 no jugó un semestre, en 2018 disputó solo 12 partidos y en 2019 apenas seis más. Un rebelde problema en en la cadera lo tuvo a maltraer por casi tres años.
Lo cierto es que ahora se le ve recuperado. En el debut había vencido al estadounidense Frances Tiafoe (81°) por 7-6 (8), 3-6 y 6-1 y en octavos, se verá las caras con un ex 3 del mundo, el canadiense Milos Raonic (30°).
Contra el canadiense tiene un récord positivo de 9-3, pero el último enfrentamiento fue en 2016. El duelo es hoy a las 16:00, hora de Chile, y el ganador se medirá ante el que triunfe en el cruce entre Marton Fucsovics (84°) y Filip Krajinovic (32°).
En esta vuelta de la pandemia, Murray quiere volver a lo que en algún momento fue. Tenis le queda aún y lo está demostrando.
