Tuvo una carrera brillante. Pasó por Ajax, Paris Saint Germain y jugó la final de una Copa del Mundo con Holanda en el 2010.
Sin embargo, Gregory van der Wiel ha vivido unos últimos años difíciles en el fútbol. Esa inestabilidad desencadenó una profunda depresión. En una emotiva carta narró cómo ha sido lidiar con esa enfermedad.
"Siempre pongo mis emociones a un lado y eso es algo que se ha ido acumulando después de todos esos años. Frustración, ira, decepción, tristeza, lo he dejado todo a un lado y seguí con mi vida y mi carrera", expresó.
Luego del Paris Saint Germain, pasó por Turquía, Estados Unidos e Italia. No le fue bien. En Toronto volvió a sentirse jugador, pero a final de temporada le dijeron que no estaba en los planes. Todavía le duele.
Se mudó a Los Angeles y se ofreció a jugar gratis por cualquier equipo, pero nadie lo llamó. Parecía que su carrera se había terminado.
"Despertar todos los días y no saber qué hacer era morir. Pasé de una vida rutinaria de entrenar todos los días y jugar partidos todas las semanas a no tener metas ni rutina en absoluto. Seis meses después comenzaron mis ataques de pánico", afirmó.
Recuerda que se comenzó a sentir mal en sus vacaciones en Estados Unidos. Pensó que era un infarto.
"Mi primer pensamiento fue que algo andaba mal físicamente. Junto con diferentes hospitales y médicos revisamos todo mi cuerpo y la conclusión fue que todo estaba funcionando de manera óptima. Tras esta confirmación empecé a centrarme en el aspecto mental, en el que sigo trabajando hasta el día de hoy. Como futbolista profesional, siempre tuve la presión de mostrar lo mejor de mí mismo, sin importar cómo me sintiera realmente", expresó.
El defensor volvió a Ámsterdam y tiene una nueva oportunidad. Jugará en el RKC Waalwijk. Asegura que el amor por la pelota todavía está.
