Cuando José Mourinho llegó al Real Madrid, la rivalidad con el Barcelona subió de nivel. Iba más allá de lo deportivo.
El punto más alto de la enemistad se produjo en la Super Copa de 2011. En el Camp Nou, Mou hundió su dedo en el ojo del fallecido Tito Vilanova, por entonces ayudante de Pep Guardiola. Fue un escándalo.
Iker Casillas, capitán del conjunto merengue, recordó ese episodio.
"La imagen que dimos fue lamentable. Podía haber batallas, luchas, partirte el alma… Pero otras cosas (el dedo en el ojo de Vilanova) eso yo lo veía en otros equipos más chabacanos, que tienen que hacer otro tipo de tretas, pero no para nosotros", expresó en Movistar +.
Con el correr del tiempo la relación entre el portugués y el arquero se hizo muy tirante. El famoso dedo a Vilanova volvió a aparecer en una discusión entre ambos.
"Hay un partido con el Levante, en el que nos distanciamos a varios puntos del Barcelona. Y ahí empezamos dejar de hablar. Un día en un cuarto solos él me empezó a decir que si podía hacer todo de cara a la galería para la gente. Yo le dije que tampoco me parece coherente que un profesional le metiese el dedo en el ojo a otro entrenador (Tito Vilanova). Alguien de prensa del club nos coge a los dos y nos dice que no tengamos tanto roce, que hablemos. Nos volvemos a sentar y nos decimos las cosas a la cara", comentó Casillas.
Mourinho lo sacó de la titularidad y trajó a Diego López. No solo eso. Lo comenzó a atacar públicamente. Se comenzó a hablar de un "topo" que filtraba la interna del vestuario a los medios y el entrenador acusó al portero español campeón del mundo.
"Me acusaba de que era amigo de la prensa. ¿Que conozco a gente de la prensa? Cómo no la voy a conocer. Pero de ahí a filtrar cosas de uno y otro... Me tocó a mí, era yo el que tenía gente que hablaba... a lo mejor me callé y no respondí y asumí como que yo era el topo", expresó.
La afición se puso del lado de Mourinho. Casillas era abucheado en el estadio e incluso lo encaraban en la calle.
"Un día vi a unos chicos con la camiseta del Madrid, yo iba en mi coche tranquilamente, y me empezaron a decir 'La culpa es tuya, es tuya…'. Era por todo lo que se había hablado. Como no decía nada, se enrevesó todo y fui víctima de mi silencio. Lo demás, historias que vamos a contar, ahora, dentro de 10 años, de 20… Yo he contado mi versión, él te dirá la suya", apuntó.
