Un momento peculiar se vivió en el Preolímpico de Básquetbol que se disputa en Riga. Georgia necesitaba ganarle por 19 puntos a Filipinas para meterse en semifinales, pero a falta de 2,8 segundos para el final del duelo el marcador estaba 96-93 en favor de los europeos. Entonces, vino lo llamativo.
El filipino Chris Newsome fue a la línea de libres. Anotó el primero y luego de eso los georgianos comenzaron a hacerse gestos y pusieron en marcha su estrategia. El plan era claro. Si Newsome erraba el segundo libre, iban a meterse una autocanasta para empatar a 96 y así forzar la prórroga en la que buscarían la diferencia que necesitaban.
Todo partió bien. Newsome falló, pero Goga Bitadze arruinó todo. El jugador del elenco europeo tomó el rebote, palmeó el balón, pero éste no entró en el aro. Sus compañeros y entrenadores lo miraron con desesperación.
Pero, ¿qué hubiese pasado si Bitadze convertía? Los árbitros habrían tenido que valorar la intencionalidad del pívot georgiano.
La jugada hizo recordar a un suceso que ocurrió en el basquet chileno. En la final del Campeonato Nacional de 1982, Osorno hizo una autogol frente a Santiago para ir al alargue. Finalmente, el quinteto sureño consiguió la diferencia que le servía y logró estirar la definición de la serie.
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