Lamine Yamal sigue maravillando al mundo con sus récords de precocidad. Su gol del martes en la victoria contra Francia (2-1) le convirtió en el jugador más joven en marcar en una Eurocopa.
Ese tanto sin duda será un recuerdo que en su barrio, Rocafonda, nunca olvidarán y del que sus vecinos ya presumen orgullosos por el talento de la "joya" española.
De padre marroquí y madre ecuatoguineana, Yamal vivió parte de su infancia en ese humilde barrio de Mataró, donde casi la mitad de la población está en riesgo de pobreza.
Y el joven atacante del Barcelona no olvida sus orígenes. Su festejo de gol dedicado al lugar en que creció dibujando con los dedos de sus manos un '304', los últimos dígitos de su código postal (08304).
Con solo 16 años, sus celebraciones se inspiran en la localidad ubicada a 40 kilómetros de Barcelona. El '304' que arma con sus manos es la señal más clara del amor que guarda por sus orígenes de un barrio obrero. También lleva el número grabado en sus zapatos.
Los niños de Mataró imitan el festejo de Yamal por las calles de la localidad. Para ellos, el jugador culé ya es un ídolo.
Este domingo Lamine Yamal disputará la final de la Eurocopa contra el vencedor del duelo de esta noche entre los Países Bajos e Inglaterra, en la que puede alzarse con su primer título con la selección española absoluta.
Mientras tanto, vecinos y amigos seguirán animándole desde Rocafonda, recordando con cariño sus andaduras como "niño de barrio", como lo definen, y con la esperanza de que siga estampando el '304' por los mejores estadios del mundo.
