SANTIAGO.- Moritz Fried, un austriaco de 38 años se desempeñó por años en las instituciones financieras JP Morgan y Lehman Brothers en Londres. En 2012 viajó a Serbia por trabajo y se radicó en ese país para crear una tienda de helados boutique, orgánicos y 100% naturales: Moritz Eis.
A más de 12 mil kilómetros de distancia, ese mismo año, se dio a conocer que los chilenos somos los mayores consumidores de helado en Latinoamérica, con ocho litros anuales per cápita, dejando claro que este producto dejó de ser un producto estacional sólo de verano.
Así, Santiago fue la ciudad elegida para que el nuevo negocio se expandiera fuera del Viejo Continente. Esto, gracias a las gestiones que hizo el ecologista estadounidense Douglas Tompkins.
Actualmente Fried viene a Chile cada cierto tiempo y se queda varios meses para administrar los "carritos" que operan frente a la cafetería Zanzíbar de Alonso de Córdova en la capital y otro en Cachagua. En total, son 15 las personas que trabajan en las heladerías.
"Siempre quise hacer algo en lo que yo creía y con mis propios valores. Naturalmente tenía que crear un emprendimiento donde se privilegiara e incorporara el arte, la cultura, el respeto al medioambiente, el uso de productos de calidad, la innovación y la creatividad", indica Fried.
¿Por qué eligió Chile? "Porque tiene la estación opuesta a la de los países de Europa donde habitualmente vendemos helados. En este negocio, conocer a las personas es muy importante, además, creo que Chile ofrece una increíble variedad de frutas y vegetales y un clima perfecto", cuenta.
Orgullo -comenta -que sus productos estrellas son el helado de pistachos traídos de Turquía, Vainilla de Madagascar, chocolate de Bélgica, dulce de leche y sorbetes de frambuesa, naranja-jengibre, kiwi, frutilla y aceto balsámico, elaborados con fruta nacional.
En sólo un año de su inauguración en Belgrado, la compañía llegó al millón de dólares en ventas totales.
Su relación con Tompkins
Según cuenta el austriaco, su relación con Tompkins data desde hace varios años cuando se conocieron en un viaje a Transilvania (al este de Europa). Tras ofrecerle abrir la décima tienda en Sudamérica, Fried aceptó y le ofreció al activista el 30% de la sociedad.
A ellos dos también se les sumó el ex representante de Esprit en Chile y amigo de Tompkins, Juan Enrique Abadie.
Pese a que el precio supera al promedio de los convencionales ($2.500 el simple) los helados han tenido muy buena recepción, aseguran.
Tanto así que para este año el ex banquero tiene previsto abrir una tienda principal en Casacostanera.
A ello se suman presencias en los balnearios de Viña del Mar, Concón, Maitencillo, Zapallar, Pucón, Frutillar y Puerto Varas.
