SHANGHAI.- La actividad fabril de China mostró algunas señales de estabilización de junio, aunque se contrajo por cuarto mes consecutivo, según un sondeo privado preliminar, lo que sugiere que podrían necesitarse más medidas de estímulo para respaldar a la segunda mayor economía mundial.
El Índice de Gerentes de Compra (PMI) preliminar del sector manufacturero de China elaborado por HSBC/Markit subió a 49,6, un máximo de tres meses, desde 49,2, pero permaneció por debajo del umbral de 50 puntos que separa a la contracción de la expansión.
Las nuevas órdenes volvieron a territorio positivo a 50,3 y las nuevas órdenes de exportaciones se contrajeron a un ritmo mucho menor, pero las empresas aumentaron los despidos, eliminando empleos a su mayor ritmo en más de seis años, una tendencia que seguramente alarmará al gobierno chino.
Las fábricas también se vieron obligadas a recortar aún más los precios de sus productos, presionando los márgenes de ganancias.
"Por un lado, el sector muestra señales de mejoría debido a que la producción se estabilizó en medio de una leve recuperación de las nuevas órdenes, mientras que la actividad de compras también creció levemente durante el mes", dijo Annabel Fiddes, economista de Markit.
"Por otro lado, los manufactureros siguieron despidiendo personal. Eso sugiere que las compañías tienen expectativas de crecimiento relativamente moderadas (...) y sugiere que las autoridades podrían redoblar sus esfuerzos por estimular el crecimiento y la creación de empleos en la segunda mitad del año", agregó.
Medidas sin éxito
A pesar de una serie de medidas de estímulo y flexibilización durante el último año, el crecimiento económico se desaceleró a un mínimo de seis años de un 7 por ciento en el primer trimestre y analistas creen que entre abril y junio perdió más impulso.
La débil demanda doméstica e internacional ha dejado a muchas fábricas, especialmente en las industrias pesadas, cargadas con un exceso de capacidad.
La cifra del PMI se conoce luego de pequeñas señales de una recuperación de la demanda, reflejadas en otros sondeos privados y en declaraciones públicas de funcionarios, pero China aún está luchando por conseguir que la flexibilidad de la política monetaria se traduzca en inversión en crecimiento.
Parte del problema es que las medidas del banco central para agregar liquidez al sistema están siendo absorbidas por una remontada del mercado bursátil que comenzó en noviembre, y ahora por el mercado de bonos, que está recibiendo una enorme cantidad de bonos municipales emitidos como parte de un programa de cambio de deuda.
Debido a que la demanda final sigue débil, los retornos sobre la inversión son bajos en el corto a mediano plazo. Como los costos del crédito a largo plazo siguen siendo mucho mayores que los retornos de capital, hay poco incentivos para que los ejecutivos se endeuden.