DUBLÍN.- El ex primer ministro irlandés, Brian Cowen, pidió hoy perdón por su papel en la crisis que llevó a su gobierno a pedir en 2010 un rescate a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, pero reiteró que los principales culpables del colapso económico fueron los bancos.
Cowen, jefe del Ejecutivo irlandés entre 2008 y 2011, efectuó ese análisis durante una intervención ante el comité parlamentario que investiga la actuación de las autoridades para salvar entre 2008 y 2009 a los principales bancos de Irlanda que quedaron en bancarrota tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
El Gobierno de Cowen, que dejó el poder en febrero de 2011 tras perder unas elecciones anticipadas, garantizó al comienzo de la crisis todos los depósitos bancarios e invirtió hasta 64.000 millones de euros en el rescate de las seis grandes entidades financieras nacionales.
Esa maniobra vació las arcas del Estado y, ahogada por la deuda, Irlanda se vio obligada a pedir en diciembre de 2010 un programa de ayuda a la UE y el FMI por 85.000 millones de euros, que concluyó tres años después con éxito, según las instituciones.
Cowen reconoció hoy que las medidas de austeridad impuestas durante aquellos años causaron "penurias y sufrimientos" al pueblo irlandés y, aunque insistió en que fueron "necesarias", pidió disculpas por ello.
No obstante, recordó que durante "el periodo anterior a la crisis", conocido como el del "Tigre Celta" por el espectacular crecimiento económico, los bancos prestaron dinero "con imprudencia" y establecieron "una cultura de bonificaciones que incentivaba las ganancias a corto plazo".
"Los principales responsables de la crisis fueron los bancos", dijo el exprimer ministro, quien también acusó a las autoridades reguladoras irlandesas y europeas de "fracasar totalmente" a la hora de prevenir y prever la magnitud del colapso financiero.
Asimismo, Cowen volvió de defender la decisión tomada en septiembre de 2008 para garantizar todos los depósitos bancarios e inyectar dinero público en ellos para asegurar la estabilidad del sistema financiero irlandés.
"Era la opción menos mala y estaba claro que estábamos solos", recalcó Cowen, entonces líder del partido centrista Fianna Fáil, que gobernaba en coalición con los Verdes.
"Teníamos sólo una oportunidad. Si no acertábamos, Irlanda - nos dijeron- retrocedería 25 años. Tuvimos que tomar una decisión con la información disponible entonces. Ninguna otra opción tenía buena pinta, se trataba de tomar la menos mala", agregó Cowen.