BERLÍN.- Renombrados economistas alemanes llamaron hoy a Berlín a no ceder a la presión generada por el rechazo mayoritario de los griegos a más recortes y dejaron abierta la puerta a la salida del país sureuropeo del espacio monetario único.
"Si cedemos a lo que piden los griegos, destruiremos las bases económicas de la eurozona", advirtió en declaraciones a DPA Clemens Fuest, presidente del instituto de investigación económica ZEW. Destacó que las reglas son claras, ayuda a cambio de condiciones, "ése es el pilar que sostiene a la unión monetaria".
Fuest opinó que ceder podría generar un efecto dominó: "La gente en Irlanda y España se preguntaría por qué tiene que esforzarse y sanear sus presupuestos y los griegos no". Asimismo previno del peligro de que las fuerzas antieuropeas ganen influencia en Alemania, Francia y otros países.
Fuest dijo que los europeos deben dejar claro a Atenas que no habrá concesiones y que asistirán a los griegos no con más créditos sino con ayuda humanitaria y técnica cuando adopten su propia moneda.
También Hans-Werner Sinn, el presidente del Instituto Ifo y uno de los mayores detractores de los rescates europeos, volvió a propugnar la salida de Grecia del euro y se opuso a que el Banco Central Europeo amplíe los créditos de emergencia para asegurar la liquidez de la banca griega.
"El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera declaró formalmente el viernes que Grecia es insolvente. Por ello, el BCE no puede seguir poniendo a disposición créditos de rescate, algo que ya ha hecho por valor de 90.000 millones de euros", dijo a la televisora alemana N-TV.
Sinn estimó que la única salida para Grecia es volver al dracma: "Es la única posibilidad si no llegan más ayudas. Se pasan todos los balances y contratos a dracmas y los bancos son solventes de inmediato. El dracma se devaluaría y eso tendría la ventaja de que la economía griega recuperaría ritmo en uno o dos años".
"Esta es una victoria pírrica que amenaza con acabar en el colapso de la economía griega y en una catástrofe humanitaria. Naturalmente que hay que aceptar la decisión de los griegos, pero ellos no pueden decidir sobre el dinero de los contribuyentes de otros países de la eurozona", estimó por su parte Isabel Schnabel, integrante del grupo de los "Cinco Sabios" que asesoran al gobierno de Merkel.