SANTIAGO.- Pese a que la cifra de desempleo en 2014 en Chile para las mujeres fue de 6,9% y que sólo un 6% integran cargos de directorio en las
mejores medianas empresas para trabajar, en junio el 47% de las ocupadas aseguró ser quien aporta el ingreso principal con el que mantiene su hogar, según la última encuesta Cadem.
Esta cifra se compara con el 17% del mismo mes de 2011 (desde que se tiene registro). En el caso de los hombres, este año un 62% dijo ser quien aporta el principal ingreso al hogar, mientras que hace cuatro años era un 66%.
Mónica Reyes, fundadora de la red de mujeres Makers Liderazgo Femenino, explica que la cifra de mujeres principales proveedoras se disparó por el momento económico que vive el país.
"Hoy se necesitan que hombres y mujeres salgan a trabajar para sostener el hogar", comenta y agrega que además, se debe a que "cuando la familia se divide la mujer tiende a quedarse con los hijos, viéndose en la necesidad de trabajar para sostener a su familia".
Además, actualmente en el país existe un aumento de la tasa de desempleo en las mujeres. En esta línea, Reyes agrega que "el empleo femenino se percibe inestable y sabemos que las mujeres deben lidiar con el cuidado de los hijos y los horarios laborales, para lo cual no tenemos soluciones efectivas, ni las apoyamos como sociedad".
Los salarios, dice, es otro problema. Aunque los salarios aumentaron en los últimos doce meses según el último informe de la Asociación de AFP -los de las mujeres crecieron 4,05%, superando el alza de 2,75% de los hombres-, las remuneraciones de ellos siguen siendo más altas.
Según Cadem, el 13% de las mujeres gana menos de $225.000, mientras que los hombres es el 7%. El rango más alto de los sueldos -que supera los $3 millones-, lo recibe el 5% de los hombres y el 1% de las mujeres.
Falta de poder femenino
Christine Lagarde, directora ejecutiva del FMI, en noviembre pasado ya había consignado este problema cuando dijo a la revista Vanity Fair que la crisis financiera de 2008 se produjo porque en ese momento había un "exceso de testosterona" en la economía. "La situación no sería la misma ahora si más mujeres hubieran tenido puestos de responsabilidad", dijo.
"Las mujeres no son mejores que los hombres, son diferentes, somos diferentes. Cada cual tiene que aportar su diferencia. El hecho de que las mujeres hayan estado con demasiada frecuencia en situación de minoría les da otro enfoque. Y la confrontación de puntos de vista es lo que permite llegar a las buenas decisiones", argumentó.
En Chile esta situación también es una realidad: De las 40 empresas que componen el IPSA, sólo 13 incluyen mujeres y de los 331 directores, sólo el 5,7% son ejecutivas.
¿Qué hay que hacer para integrar a las mujeres en el mundo laboral? "La adaptabilidad laboral, no se contempla en la reforma laboral. Está la que permite que los trabajadores negocien con el empleador de manera específica sus jornadas, horarios, descansos, feriados etc. Sin embargo, la reforma contempla la negociación colectiva. En esa realidad es más difícil que las mujeres puedan negociar flexibilidad según necesidad y caso a caso", concluye.