WASHINGTON.- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, aseguró hoy tener "esperanza" ante la posibilidad de que los países europeos acepten una reestructuración de la deuda de Grecia.
En una entrevista en CNN, Lagarde aseguró tener "algo de esperanza" en este sentido porque en las últimas horas han llegado a sus oídos "comentarios más positivos hacia el principio de reestructuración de la deuda".
La directora gerente del FMI respondió así al ser preguntada por la férrea oposición de algunos países de la zona del Euro, y en especial de Alemania, a tomar medidas de alivio con respecto a la deuda de Grecia.
"Lo que hemos dicho a todas las partes implicadas es que no importa qué forma tome, pero hay que encontrar una manera para soltar la losa y permitir al país (Grecia) demostrar que puede regresar a un camino sostenible", indicó Lagarde.
Entre las posibles maneras de alivio de la deuda griega, Lagarde mencionó un atraso de los vencimientos, la extensión del período de gracia y la compresión de las tasas de interés.
Sin embargo, dijo que son "poco viables desde un punto de vista político", dada la posición de los países de la Eurozona, otras opciones como la transferencia de efectivo a Grecia para hacer frente a sus pagos y la condonación de parte de la deuda.
Ayer mismo, el FMI advirtió a los acreedores internacionales que las necesidades de financiación de Grecia son mucho mayores de las previstas dos semanas atrás y que su deuda se puede disparar hasta un 200 % del PIB en los próximos dos años.
"La deuda de Grecia solo puede ser sostenible ahora a través unas medidas de alivio que van mucho más allá de lo que Europa está dispuesta a considerar hasta ahora", señaló el organismo financiero internacional.
El informe, en el que se aborda el rápido deterioro de la situación financiera de Grecia en las últimas dos semanas, fue distribuido a los acreedores durante la reunión del fin de semana de Bruselas en la que se alcanzó un acuerdo para un tercer rescate financiero.
Este alivio en la abultada deuda griega es uno de los elementos claves a los que se han opuesto los acreedores europeos, especialmente Alemania, desde el inicio de las negociaciones y algo que ha quedado descartado del tercer rescate financiero.