BERLÍN- La canciller alemana, Angela Merkel, repasó hoy las arduas negociaciones con Grecia que mantuvieron en vilo a Europa y que terminaron el lunes con un acuerdo para un tercer paquete de rescate al país heleno.
"Dejamos atrás días de un dramatismo difícil de superar en Europa", dijo la máxima autoridad germana en el Parlamento alemán antes de que la cámara vote si da luz verde al gobierno para que negocie las nuevas ayudas a Grecia.
Merkel consideró que tras la ruptura del diálogo entre Grecia y sus acreedores internacionales a fines de junio sólo había tres opciones: pasar por alto los tratados europeos, dejar a Grecia a su suerte, "lo que habría derivado en caos y violencia, hasta que el país se desangrara", o "buscar juntos con Grecia una salida".
"Eso es lo que hicimos", defendió la canciller sobre su papel en la crisis, aunque admitiendo que el resultado de las negociaciones en la Eurozona es "sin ninguna duda duro" para el pueblo griego debido a las reformas exigidas a Atenas.
"Lo que decidimos no fue sólo por Grecia. Es una decisión para una Europa y una Eurozona fuertes. Lo hacemos por la gente en Grecia, pero lo hacemos igualmente por la gente en Alemania", continuó.
"Europa es fuerte y robusta. Alemania es fuerte y robusta. Pero debemos pensar que a Alemania sólo le irá bien a largo plazo si le va bien a Europa", añadió.
La canciller insistió en ese sentido en la importancia de la coordinación con Francia. "Frecuentemente tenemos opiniones muy diferentes", reconoció, "pero precisamente porque las perspectivas de los dos países son diferentes, cuando llegan a un acuerdo muestran un camino que el resto puede recorrer".
Merkel, que cumplió hoy 61 años, fue aplaudida al tomar la palabra y en diversos momentos del discurso. Pero fue el ministro de Finanzas Wolfgang Sch?uble quien se llevó la mayor ovación cuando la canciller agradeció su esfuerzo negociador "día y noche" en la crisis.
Se da por hecho que el Parlamento votará a favor de iniciar las negociaciones para el nuevo rescate a Grecia, porque la coalición de gobierno formada entre la CDU de Merkel y los socialdemócratas del SPD suma un 80 por ciento de los escaños.
Sin embargo, varios diputados conservadores de la misma CDU y de su versión bávara, la CSU, podrían votar en contra o abstenerse, como ocurrió en votaciones anteriores. Casi 50 lo hicieron en una votación de prueba el jueves.