SANTIAGO.- "Demostrar que es posible cambiar la manera que funciona nuestro modelo económico a través del ejemplo" es la misión de "Karün",
una empresa B compuesta por ocho personas que se dedica a hacer anteojos de sol 100% con plástico (nylon) de las redes para pescar e inspirados en las ballenas del sur del país.
Este material representa cerca del 10% de la contaminación mundial de los océanos, que actualmente alcanzan las ocho toneladas anuales, según un estudio publicado en Science Magazine.
Ambas mantienen en la caleta Cocholgüe, en la Región del Biobío, un emprendimiento único en Chile y el mundo, que consiste en que las redes para pescar que ya no sirven porque se rompen o queman se reciclen en vez de tirarlas al mar, preveniendo la contaminación por plástico en los océanos y financiando comunidades costeras.
Así, al juntar una cierta cantidad de toneladas de plástico ganan dinero que va a un fondo para talleres de educación ambiental para niños, actividades deportivas y mejoras en infraestructura para las caletas.
"Les damos un incentivo a los pescadores para que ellos se hagan cargo de este desecho y lo acumulen en puntos de recolección donde la dejan. Se acopian ciertas cantidades de toneladas y por cada kilo se acumula plata en un fondo que es administrado por la ONG Fundación El Árbol de Concepción, junto con Bureo y los sindicatos de pescadores del pueblo costero", comenta el creador de Karün, Thomas Kimber.
"No se puede ir a buscar ese plástico al mar porque es peligroso y caro, sino que se evita que el plástico no logre entrar al mar", explica.
Luego de esta recolección se envían a Santiago para ser convertidas en pelets y enviarlas a Italia donde se fabrican los lentes en su forma más natural, sin teñido ni barniz y con un pulido especial.
La primera producción de estos lentes contó con 30 unidades y fue financiada por el fondo SAF de la Corfo e inversionistas privados. Sin embargo, para que la próxima, que será de unos tres mil, se haga efectiva, necesitan recaudar fondos y lo harán a través de una plataforma de crowdfunding internacional (kickstarter.com). En 30 días proyectan reunir US$ 30.000 ($20.220.000).
Desde hoy los anteojos están disponibles a la venta a través de su página web (karunworld.com), tienen un costo de US$ 99 y se despacharán a todo el mundo. Al finalizar la marcha blanca, tendrán un valor de US$ 129 y prevén que estarán en Chile la segunda semana de octubre.
"Creemos que la única manera de poder hacer eso en el mundo que estamos viviendo es lograr una calidad similar o mejor a la que ya existe, pero con un proceso productivo en el que trabajemos con materias primas que la naturaleza nos entregue de una manera responsable o haciéndonos cargo de los desechos que nosotros ya hemos generado reciclando, trabajando junto a comunidades locales manteniendo las técnicas ancestrales para poder hacer un cambio en la manera que nosotros percibimos los negocios", sostiene.
Este emprendimiento no es el primero de Karün. Hace dos años lanzaron al mercado unos lentes fabricados a mano con madera de árboles caídos o demoliciones en la Patagonia, plata, cuero de salmón y lapislázuli. Ya han vendido unas 1.800 unidades a más de 12 países.
Respecto a su afición por cuidar el planeta, dice: "Tenemos que entender que el ser humano no es superior a otras especies, sino que somos parte de la naturaleza y de otras especies vivas y que tenemos una responsabilidad muy grande de poder mantener una armonía y un equilibrio en el planeta".