BEIJING.- Con un crecimiento más lento y una bolsa en caída libre, China está provocando un terremoto en los mercados financieros mundiales, mientras sus autoridades parecen dormirse en el timón, consideran los analistas.
El índice de referencia de las bolsas chinas, el Shanghai Composite Index registró este lunes su mayor caída (-8,49%) en los últimos ocho años.
El pesimismo sobre la situación de la segunda economía mundial se ha intensificado arrastrando a los mercados financieros mundiales.
El régimen de Beijing ha presumido durante años de haber transformado la economía del país con décadas de crecimientos de dos dígitos; pero su enorme programa de rescate no está consiguiendo detener el desplome bursátil, y las medidas que podrían ayudar a infundir confianza en la economía real -como bajadas de impuestos y de los tipos de interés- no están surtiendo efecto.
Las autoridades deben demostrar que controlan la situación, asegura Christopher Balding, un economista de la HSBC Business School en Shenzhen (sureste). "Tienen que demostrar mucho más liderazgo en esta situación" y alguien debe encargarse "de lanzar un mensaje consistente", opina.
Según él, se necesita una bajada de los tipos de interés después de que los precios del productor cayeran en un 5,4% interanual en julio, por 41º mes consecutivo.
El ritmo del crecimiento chino se está reduciendo desde hace años, algo que muchos consideran como un paso positivo hacia un desarrollo más sostenible, más orientado hacia el consumo interno que hacia las inversiones masivas del pasado.
Pero un cambio de tal magnitud lleva su tiempo y la actividad minorista aún debe dar un paso adelante para cumplir con su papel, mientras baja la inversión.
Andy Xie, un economista independiente instalado en Shanghai, considera que las autoridades deberían recortar los impuestos en dos billones de yuanes (312.000 millones de dólares) durante años, citando el ejemplo de Estados Unidos a raíz de la crisis iniciada en 2008.
"Es una forma muy potente de estimular el consumo", afirma Xie, que acusa al gobierno chino de "no centrarse en la economía" y pensar en otras cosas.