Uno de los temas que más rechazo ha generado desde el comienzo por el sector privado ha sido el poder que el proyecto busca otorgarle a los sindicatos.
Precisamente, el economista Bernardo Fontaine advierte que la entrega de este bono de alrededor $6 millones a los trabajadores de la entidad estatal, -y que
significó la salida del Presidente de la entidad, Guillermo Larraín-, "sería un ejemplo símbolo de lo que podría ser en Metro, Transantiago, de lo que podría ser en otros servicios".
"Entonces es una cuestión mal hecha, y demuestra precisamente que está bien que haya sindicato fuerte, pero cuando tienen todo el poder como quiere la reforma laboral se produce un desequilibrio", sostiene a Emol.
Respecto a esto último, Fontaine asegura que justamente la reforma laboral apunta al fortalecimiento del sindicato, como actualmente ocurre en el BancoEstado, donde el 98% de los trabajadores están afiliados a la única organización sindical que hay en la empresa, por lo que mantienen un gran poder negociador.
En ese sentido, añade que "esto es un buen ejemplo de lo que ocurre cuando hay una huelga sin reemplazo que va a paralizar una empresa, como quiere la reforma laboral. Porque en este caso, el poder queda tan desequilibrado a favor del sindicato, que el sindicato es capaz de conseguir cualquier cosa, o se termina paralizando la empresa con lo que se afecta a los usuarios del banco".
Respecto al monto del pago a los trabajadores por el término del conflicto, el experto en materia laboral, que ha expuesto en innumerables ocasiones respecto al proyecto del Ejecutivo, considera que "es un bono totalmente desproporcionado, que es muy por sobre de lo que han pagado en el resto de los bancos, a un conjunto de trabajadores que en general ganan buenas rentas".