SANTIAGO.- En la década de los sesenta, Sebastião Salgado salió de los sectores agrícolas de Brasil para estudiar Economía en Sao Paulo, durante la época de las dictaduras latinoamericanas. Pero su activismo en el partido comunista obligaron su exilio en Francia, en donde terminó la universidad.
Fue en ese país cuando tomó por primera vez una cámara fotográfica. Al poco tiempo dejó su ascendente carrera para recorrer el mundo y retratar la esencia de las culturas, sólo en colores blanco y negro.
"Recuerdo el día en que presenté mi dimisión a mi jefe al frente de la Organización Mundial del Café", relató para el diario El País el fotógrafo reconocido por su cercanía a Luiz Inácio Lula da Silva. "Me dijo que sabía que me iría al Banco Mundial. Cuando le conté que no, que me dedicaría a la fotografía, me gritó "¡Pero eres un estúpido! ¡Yo también quiero ser fotógrafo, y mi mujer, y mi hija!", detalló.
Pero la profesión de economista también la reflejó con su lente.
"El cambio económico global profundizó la pobreza rural en gran parte del tercer mundo (...) Todos nos vemos afectados por la creciente brecha entre ricos y pobres, por el crecimiento demográfico, por la mecanización de la agricultura, por la destrucción del medio ambiente". Esa es la premisa de "Éxodo", el primero de una serie de proyectos gráficos que realizó durante la década de los '80s y que de alguna forma lo extendió con "África", en los años noventa, cuando volvió a ese continente para retratar a los refugiados de las guerras y la hambruna.
Mientras que con "Trabajadores", el fotógrafo inmortalizó la persistencia del trabajo manual de las personas en un mundo altamente industrializado: "El mundo desarrollado produce sólo para los que pueden consumir , aproximadamente una quinta parte de todas las personas", fundamenta el proyecto.
La pesca artesanal, la industrial textil y agrícola, la pequeña minería y el desastre que dejó la quema de los pozos petroleros en Kuwait después de la Guerra del Golfo, son algunas de las áreas económicas que aparecen en este trabajo.
"Su visión de economista lo ayudó en la fotografía" confirma "La sal de la tierra", documental que relata la vida personal y profesional de Salgado y que esta semana se exhibe en el Festival Internacional de Documentales de Santiago.
La película, dirigida por su hijo mayor Juliano y el destacado documentalista Win Wenders, se adentra en los 40 años de trayectoria fotográfica del brasileño y empieza con una imagen de las minas de oro Sierra Pelada, ubicada al noreste del gigante latinoamericano.