SANTIAGO.- No sólo en Lufthansa estuvieron preocupados por el impacto en la economía alemana –primera en Europa– que conllevaría
Así quedó reflejado cuando Angela Merkel, fue enfática en
exigir "transparencia total" en el escándalo e indicó que su Gobierno ya tomó todas las medidas pertinentes para aclarar el hecho.
A ella, se sumó su ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien preocupado pidió con urgencia que se aclare lo sucedido para limitar los daños tanto para Volkswagen como para "el conjunto de los exportadores alemanes".
Incertidumbre total en un país al que la mayoría de los emigrantes quieren solicitar refugio –que hasta el momento han llegado más de 17 mil–, debido a su solidez y calidad de vida.
"Los conceptos ‘Made in Germany’ o incluso habían empezado a liderar en muchas áreas de la economía, lo que expone más a este tipo de situaciones (...) sin duda que va a generar una situación que no se va a resolver en corto plazo. Las confianzas demoran mucho en construirse y no demoran nada en caer", sostiene el ingeniero civil experto automotriz, Alejandro Schmauck y enfatiza: "va a ser un terremoto con secuelas que todavía no se pueden llegar a dimensionar".
Por su parte, el presidente del directorio de la Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria (Camchal), Juan Pablo Hess, afirma que "Alemania tiene una trayectoria de más de 100 años de trabajar, producir y entregar servicios de primera calidad con estándares muy elevados. La economía podría tener efectos puntuales, pero en general es suficientemente sólida y un nombre también. Va a ir por sobre estos casos puntuales", opina.
"Pero, si no se toman las medidas correspondientes, las repercusiones serán no sólo para las empresas sino que para la economía en general", complementa Hess.
Escándalo Volkswagen
Un total de 11 millones de vehículos en EE.UU. contenían un software que manipulaba los controles de emisión de contaminantes. Sin embargo,
el mayor escándalo en sus 78 años de existencia, también podría traspasar fronteras: El ministro de Transporte alemán, Alexander Dobrindt, dijo que la manipulación también afecta a vehículos con motores diésel de 1.6 y 2.0 litros en Europa.
20%
cayeron en promedio las acciones entre el lunes y martes tras hacerse pública la manipulación
Las acciones de Volkswagen cayeron alrededor de un 20% debido a que la compañía podría enfrentar sanciones por hasta US$ 18.000 millones por adulterar las pruebas. El miércoles y jueves, en tanto, subieron tras
la renuncia de su presidente, Martin Winterkorn.
"En Volkswagen pueden cambiar las decisiones de compra, pero la demanda no afectará porque una marca tenga un inconveniente. Tiene prestaciones extraordinarias pero que emite más que la norma. En el fondo, no es un producto con fallas, que no cumple con lo que le vendieron al cliente, todo lo contrario, el auto no tiene ni un problema, al contrario, anda mucho mejor". Aquí los engañados son las autoridades de los respectivos países, no los consumidores", indica el ingeniero.
"Esta trampa sin duda que les va a rebotar, pero no pone en cuestión la calidad de sus productos. La reputación de estas marcas no está en cuestión y la del estándar de construcción de ingeniería alemana", subraya.
Y concluye: "Cuando se le pregunta a la gente cuánto le importa el medio ambiente dice 'me importa mucho', pero cuando tiene que tomar su decisión de compra, la decisión pasa por otros parámetros, les da lo mismo el medio ambiente. Si ahora se agarran de esta coyuntura, es parte de la hipocresía del sistema".
Una visión diferente tiene el representante de Camchal. Al respecto, comenta que "la gente en este caso puntual yo creo que va a castigar la marca porque no nos gustan que nos engañen (...) el mercado ya lo ha expresado por la baja de las acciones". Y añade que "el que tiene un auto Volkswagen y les gusta mucho va a seguir comprando, pero hay muchos que van a buscar uno equivalente y no me cabe ninguna duda que la competencia también va a fortalecer sus posiciones ante esta situación", agrega.
Accidente de Germanwings
El copiloto del Airbus A320, Andreas Lubitz, habría provocado deliberadamente la caída del avión Germanwings en los Alpes franceses el pasado 24 de marzo. Lo más grave es que se confirmó que durante su formación para piloto
sufrió una grave depresión. Según la fiscalía, él "ocultó su enfermedad a su empleador y a su entorno profesional".
Ahí queda en evidencia el grave error que cometió la compañía. Aunque tenía estos antecedentes, al piloto se le calificó en "100% apto para volar" y "sin ninguna limitación" después de ser sometido a una serie de test de aptitud y psicológicos.
"Si no fuera la línea aérea más grande de Europa a lo mejor la probabilidad de que le tocara un piloto enfermo sería menor", comenta Schmauck.
Pese a este accidente, que dejó a 150 personas muertas, entre ellas una chilena, a las 13 huelgas que han realizado los pilotos de Lufthansa durante el año, y la caída del precio de sus acciones, el grupo registró una cifra de negocio de US$ 17.304 millones, un 8,4% más respecto al mismo periodo del año anterior, cuando facturó un total de US$ 15.953 millones.