Ministros de Comercio reunidos el jueves en Atlanta, EE.UU.
Reuters
ATLANTA.- Los ministros de Comercio de una decena de países del Pacífico reunidos en Atlanta extendieron hasta el sábado 3 de octubre
las negociaciones sobre un enorme acuerdo mercantil, en un intento por sellar el pacto más ambicioso de su tipo en una generación.
Los funcionarios extendieron las negociaciones, que originalmente concluirían el jueves, en un esfuerzo por lograr un avance en el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), que liberalizaría el comercio en el 40% de la economía mundial entre países de la Cuenca del Pacífico, que van desde Vietnam a Canadá.
"Nadie se quiere ir sin acuerdo", dijo el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, después de una segunda sesión plenaria de funcionarios de alto rango de los 12 países involucrados. "La buena noticia es que no nos vamos de aquí sin acuerdo, por eso nos vamos a quedar hasta que acabemos", agregó.
Observadores apuntaron progresos en el tema automotriz, la promesa de Canadá de compensar a agricultores golpeados por las importaciones y señales de un posible compromiso sobre la protección de patentes para nuevos medicamentos como evidencia del avance, aunque el último punto sigue sin resolverse.
"Estamos comenzando a ver el camino hacia un acuerdo y decidimos realizar los últimos esfuerzos", indicó el ministro de Economía de Japón, Akira Amari.
Varios funcionarios dijeron que un pacto final podría producirse rápidamente dependiendo del resultado de las negociaciones bilaterales sobre la protección de la propiedad intelectual de los medicamentos y el comercio de lácteos y automóviles.
Amari dijo que el período de monopolio para los medicamentos biológicos, que son elaborados a partir de células vivas, era el tema pendiente más complejo. Los países del TPP tienen períodos de protección que van desde los 12 años en Estados Unidos a cinco años en Australia y Chile.
Un acuerdo podría definir el legado del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
El pacto, no obstante, es visto como una amenaza por una serie de grupos de interés que van desde trabajadores automotrices en México, pasando por productores de leche de Quebec, hasta pacientes de cáncer que temen que eleve los costos de nuevas terapias a cifras inalcanzables.