SANTIAGO.- La Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos -NESI 2014- no sólo reveló una caída de 1,7% en términos reales en los ingresos medios de los trabajadores chilenos.
De acuerdo a un análisis a partir de estos datos de la Fundación Avanza Chile, también arrojó un estancamiento en la desigualdad de ingresos, tras la baja que había experimentado en años anteriores, según informó El Mercurio.
En 2014, la diferencia de ingresos autónomos (provenientes de la ocupación rentas, arriendos, transferencias del Estado, jubilaciones y pensiones) entre los hogares pertenecientes al 10% más rico de la población con respecto al 10% más pobre fue de 11 veces, y entre 2010 y 2013 había descendido desde 13 a 11,3 veces.
En el caso de los ingresos monetarios (ingresos autónomos, más transferencias en educación monetarias y no monetarias), el estancamiento es más acentuado. Bajó desde 11,9 veces en 2010 a 8,9 en 2013 y a 8,8 en 2014.
El ingreso promedio de los trabajadores alcanzó a $473.251 en 2014. Los trabajadores de sexo masculino ganaban $563 mil promedio mensuales en 2013 y $543 mil en 2014, con una caída de 3,4% en términos reales. Las mujeres tuvieron un incremento desde $376 mil a $382 mil en el mismo período.
Entre 2010 y 2013 el ingreso de los hombres tuvo un aumento de 4,1% promedio anual y en las mujeres, de 3,9%, señala el reporte de la fundación.
Aunque los ingresos reales disminuyeron en todos los segmentos etarios, es en los jóvenes de entre 25 y 29 años donde se presenta la caída más significativa (-5,1%). Desde un promedio de $441 mil mensuales en 2013, pasaron a ganar $419 mil en 2014.
Por grupo ocupacional, los agricultores y trabajadores agropecuarios y pesqueros son los que más vieron aumentar sus ingresos, con 12,8%, mientras que entre los más afectados están los técnicos y profesionales de nivel medio, con una caída de 7,8%; trabajadores de comercio y mercados, 5,2%, y empleados de oficina, 4,4%.
Por tamaño de empresas, los trabajadores de las micro y pequeñas empresas son los únicos que presentan un aumento de sus ingresos: de 3,1% en empresas con menos de 5 personas, y 1,8% en empresas de entre 5 y 10 trabajadores.
En 10 de las 15 regiones los trabajadores disminuyeron sus ingresos medios. La mayor caída se dio en Magallanes, con 11,3%, seguida por Atacama, con 5,8%; Antofagasta 5,1%, y Metropolitana, 4,3%. Los ingresos medios del trabajo aumentaron en 9,4% en Los Lagos; 6,7% en La Araucanía y 6,6% en Valparaíso.
Los datos de la última encuesta Casen (2013) muestran que la evolución de las cifras del mercado laboral son consistentes con los datos de distribución del ingreso.
Hasta ese año, las familias asalariadas subieron a 78,2%, el nivel más alto desde que se toma la muestra. Además, las mujeres tenían una participación de 45,6%, la mayor desde que se realiza el estudio.
El resultado alcanza igualmente niveles históricos en otras materia, como vivienda y salud.
En vivienda, el déficit habitacional cuantitativo (cantidad de familias con requerimientos de una vivienda) cayó 7% respecto de la encuesta de 2011; es decir, 34 mil grupos menos.
En el déficit cualitativo (estado de habitabilidad de las viviendas) hubo una baja generalizada en familias con necesidades de ampliación o recambio de instalaciones.
Con esto, se rompió una tendencia al alza observada en la última encuesta, cuando el déficit aumentó en 74.717 familias en búsqueda de una residencia.
Y en salud cayeron la desnutrición y la obesidad en menores de seis años. Bajó también levemente la afiliación a sistemas previsionales, de 2,7 a 2,6%. Además, la percepción de buena salud subió de 57,5 a 59,7%.