SANTIAGO.- Hasta el Salón O’Higgins del Ministerio de Relaciones Exteriores, llegó esta tarde la Presidenta Michelle Bachelet, para participar en la clausura del Primer Encuentro Internacional "Pensando América Latina – Convergencia en la diversidad".
Con este coloquio, se dio inicio al ciclo de "Conversaciones Orlando Letelier", que tiene como propósito reunir a autoridades políticas, intelectuales y académicos latinoamericanos para reflexionar sobre temáticas de interés para nuestra región.
En esta oportunidad, el diálogo estuvo centrado en los nuevos desafíos que enfrenta América Latina, tras un ciclo favorable, marcado por el crecimiento económico, el boom de las materias primas, avances en la lucha contra la pobreza, la diversificación de sus relaciones internacionales y la consolidación de la democracia en la mayor parte de sus países.
Asimismo, se debatió respecto a la importancia de la convergencia, para potenciar el accionar de cada nación ante este nuevo escenario y tener mayor protagonismo en el contexto internacional.
En su intervención, la máxima autoridad del país remarcó que "hoy podemos tener como región el protagonismo y la identidad a nivel global que hemos buscado durante siglos. Hay incertidumbre, pero también hay una interpelación a nuestra creatividad y capacidad de acción".
Del mismo modo, se refirió a los retos comunes que enfrentan los países de la región, los cuales ordenó en tres ámbitos comunes.
"El primer gran desafío es poner al día nuestros ordenamientos políticos e institucionales, para que ellos puedan representar legítimamente a las necesidades y demandas ciudadanas. Nuestros sistemas institucionales, especialmente en el ámbito de la política, fueron formulados para sociedades más pasivas y más dependientes", señaló la Presidenta Bachelet.
En esta línea, añadió que "a esto se suma que los numerosos casos de opacidad o, derechamente, de corrupción en la relación entre dinero y política, han exacerbado la desafección política de la ciudadanía, lo que es un obstáculo para hacer los cambios de manera participativa y democrática".
Añadió que "esto se ha visto exacerbado, y acaso justificado, por la percepción de indefensión de los consumidores a algunas malas prácticas empresariales, todo lo cual ha impactado directamente en el prestigio y la legitimidad de las instituciones".
En segundo lugar, la mandataria se refirió a la necesidad de dar nuevos énfasis y orientaciones a nuestros sistemas productivos, porque se terminó el súper ciclo de los precios de las materias primas.
"Esto demanda de nuestros países avanzar con urgencia hacia economías más productivas, más diversificadas y con un fuerte componente de innovación", afirmó.
Además, aludió "a nuestra necesidad de integración no dependiente en los flujos de la globalización", la cual "requiere de apertura a la economía mundial a través de una integración regional tan fuerte en su voluntad, como diversa en sus instrumentos".
La Presienta de la República subrayó que "no podemos alcanzar cohesión social y legitimidad democrática, sin sistemas económicos sólidos, sustentables y dinámicos, ni éstos sin plena inserción en la globalización. Ello depende también de la calidad de nuestra integración regional. El mundo actual es un mundo de bloques. Negocian las regiones y, en consecuencia, un bloque regional en sintonía, nos permitiría tener ventajas políticas y económicas en la sociedad global".
Al término de su discurso, la Jefa de Estado recalcó que "la integración regional, a través de instrumentos múltiples y diversos, es una necesidad estratégica, política y económica".