BUENOS AIRES.- Mauricio Macri, surgido de la alta sociedad, dirigente del libre mercado e hijo del dueño de un imperio de negocios, se perfila como el primer líder de la derecha liberal que puede llegar al poder por el voto popular en la historia argentina.
Nunca antes un representante de lo que llaman "establishment', rico de cuna y graduado en una universidad privada en un país que valora sus universidades públicas, estuvo tan cerca de ser presidente en comicios democráticos, en la segunda vuelta que librará el domingo con el peronista de centro Daniel Scioli.
Si gana la segunda vuelta, como indican los sondeos, será el primer jefe de Estado desde que se instituyó el voto -en 1916- que no pertenece ni al partido peronista ni al radical socialdemócrata, las dos grandes fuerzas populares en 100 años de vida política en Argentina.
Otros derechistas fueron mandatarios pero a través de fraudes escandalosos o golpes de Estado.
"El mercado va a fijar el tipo de cambio, no vamos a intervenir", se pronunció este año ante los 400 empresarios más poderosos de la tercera economía más grande de Latinoamérica.
La frase sintetiza el pensamiento de Macri, al finalizar un ciclo de 12 años de gobiernos peronistas de centroizquierda que regularon el tipo de cambio.
De profesión ingeniero, nació hace 56 años en la ciudad de Tandil, un polo de rica producción agropecuaria en la pampa húmeda. Su padre, Franco Macri, nacido en Italia y nacionalizado argentino, es un influyente magnate.
"Siempre pensé que mi hijo debía dedicarse a ser dirigente deportivo y a la política. Iba a ser exitoso", dijo una vez Franco Macri.
El padre era visionario. Mauricio ganó las elecciones internas del popular club Boca Juniors en 1995 y comandó la etapa más ganadora de la historia de la institución, con 17 títulos, 11 de ellos internacionales. Fue su trampolín a la política.
En 2003, tras la peor crisis de la historia, Macri fundó un partido conservador. Después de perder la gobernación de Buenos Aires y después fue elegido diputado. Se quedaba dormido en la banca. "Si no te dormís por aburrimiento, no sos normal", se defendió.
La oposición a la Presidenta Cristina Kirchner encontró en él un líder, logrando el respaldo del radicalismo y formó el frente Cambiemos que le permitieron quedar a sólo tres puntos de Scioli en la primera vuelta electoral.
Sus frases hacen historia y, a ratos, se comporta como un dirigente del Partido Republicano de Estados Unidos: "El kircherismo es gente mala", "los salarios son un costo" o "el poder es armar equipos".
El sociólogo Federico González dijo a la agencia AFP que "en el pasado era de derecha y se jactaba de serlo. Pero ahora es como el mito del Buda. Salió del palacio y descubrió la miseria y la enfermedad". Ahora está a punto de descubrir el poder.