SANTIAGO.- "En un escenario de desaceleración económica, emprender puede ser una fuente de ingresos y de bienestar para el emprendedor y sus familias (...) Y yo creo que nunca antes en la historia de Chile han habido tantos recursos para emprendimientos como los han habido en los últimos años", señalaba la subsecretaria de Economía, Katia Trusich, durante la entrega del premio "
Emprendedor Social Joven 2015".
Si bien por ahora Chile se encuentra distante de los países desarrollados en términos de emprendimiento, a nivel latinoamericano es un lugar avanzado para hacerlo. Así al menos lo señalan dos expertos sobre el tema.
"En términos generales, hoy por hoy Chile, en el contexto de América Latina, es el país que tiene más desarrollado las condiciones de contexto para emprender. Chile es la economía que ha podido desarrollar el mejor ecosistema para emprender", indica el director ejecutivo del Instituto de Emprendimiento de la Universidad del Desarrollo, José Ernesto Amorós.
En esa línea, indica que estas condiciones dicen relación con "infraestructura, capital humano (personas con suficientes preparación en diversas áreas), políticas y programas públicos pro emprendimiento, suficiente financiamiento y potencial de mercado, que quiere decir, que están claras las reglas del juego".
Una opinión similar mantiene Sophie Duchanoy, gerente de Operaciones de Acción Emprendedora, quien hace hincapié en que se debe incentivar más el emprendimiento en los jóvenes.
"Nosotros estamos trabajando con el emprendimiento juvenil, porque si bien nos dimos cuenta que Chile es súper potente a nivel de emprendimiento, ya que el Gobierno está muy metido en el tema (...) nos damos cuenta que muchas veces no todos tienen las mismas oportunidades", dice.
Los desafíos
La representante de la organización dice que la "innovación es un tema, que si bien se ha potenciado principalmente por la Corfo (...) todavía los emprendimientos son tradicionales y el que logra innovar son de un perfil (socioeconómico) más alto. Falta cómo pasar de la idea a un proyecto con alto potencial de crecimiento".
Amorós sostiene que cerca del 80% del emprendimiento del país es de poco o nulo valor añadido y un 20% tiene un cierto nivel de sofisticación, ya sea por procesos, por producto o porque tiene un cierto nivel de uso de tecnología.
"No solo crear un número mayor de empresas, sino que estas empresas sean de mayor valor añadido, es decir, que estén aportando de manera más puntual al crecimiento económico a través de generación de más y mejor empleo, y que sus productos o servicios también sean de una agregación real de valor, regularmente viene acompañado de un mejor uso de tecnología", afirma.
Otro de los aspectos en donde se puede sacar un mayor provecho a los emprendimientos, considerando que a veces el mercado local resulta pequeño para la permanencia en el tiempo de la idea, es enfatizar la búsqueda de nuevos horizontes para exportarlos.
"Chile tiene muchos acuerdos internacionales, por lo que el tema de la exportación (de emprendimientos) se puede desarrollar mucho más, se debería hacer un trabajo más internacional", aporta Duchanoy.
Respecto a esto, el ejecutivo de la UDD advierte que "si bien el mercado interno es muy pequeño, eso no implica que la gente no pueda desarrollar su negocio y obviamente en una economía chica como Chile, se le den las facilidades para que después puedan exportar o salir a internacionalizarse".
Para ello, según apunta la ejecutiva de Acción Emprendedora, resulta clave el apoyo del Estado para darle seguimiento a las ideas emprendedoras.
"Falta trabajar más desde más jóvenes, desde los institutos, universidades, yo creo que el Gobierno sí está bien metido, pero el emprendimiento es un tema de todos, desde la educación primaria (básica) se debe abordar los temas de emprendimiento y educación si queremos que mañana Chile sea un país competitivo", concluye.