SANTIAGO.- En el contexto del torbellino económico y político de Brasil, las empresas del país han tenido este año una cantidad récord de rebajas de calificación, y el total está a punto de empeorar.
Fitch Ratings estima que en 2016 podría reducir la nota de diez compañías por cada mejora de calificación, y agregó que ese panorama sombrío es más probable si rebaja la nota del país, algo que es cada vez más posible a medida que se agravan los problemas.
Un legislador inició un proceso de juicio político a la presidenta Dilma Rousseff la semana pasada, una medida que podría afectar las finanzas del país y exacerbar la peor recesión en un cuarto de siglo. Eso les creará problemas a las compañías, a las que ya les cuesta obtener financiamiento como consecuencia de un escándalo de corrupción sin precedentes en Petrobras.
"Es una tormenta perfecta", dijo Ricardo Carvalho, jefe de calificaciones empresariales de Fitch en Brasil.
Fitch tiene perspectivas negativas sobre Brasil y también sobre las notas de más de la mitad de las compañías brasileñas que califica. Su nota BBB- para los bonos soberanos es el menor grado de inversión posible. Standard Poor’s redujo la nota del país a basura en septiembre.
Las compañías brasileñas han representado 11 de los quince impagos latinoamericanos este año conforme a una creciente investigación sobre sobornos en Petróleo Brasileiro que golpea a los sectores bancario y de la construcción del país. Los otros cuatro impagos fueron en Argentina y México.
Fitch rebajó el viernes la nota del banco de inversión Grupo BTG Pactual a basura luego de que su máximo responsable ejecutivo fuera arrestado por su presunta obstrucción de la pesquisa sobre sobornos en Petrobras.
El escándalo de Petrobras y sus contratistas ha contribuido a elevar los costos crediticios de las compañías brasileñas en dólares de 3,16% este año a 9,54%, según el Índice Empresarial de Mercados Emergentes de Bloomberg.
Los crecientes rendimientos amenazan con hacer más difícil que las compañías brasileñas endeudadas refinancien obligaciones en momentos en que vencen US$ 30.000 millones de bonos internacionales en los dos próximos años.
"El alto apalancamiento y la declinación del crecimiento genera un flujo de efectivo negativo, lo que deriva en rebajas de nota”, dijo Michael Roche, un estratega de renta fija de mercados emergentes de Seaport Global Holdings LLC en Nueva York.
Las crecientes tasas de interés de Brasil también encarecerán la búsqueda de financiación en el plano local. El banco central ha elevado su tasa clave de préstamo a 14,25%, el nivel más alto en ocho años, para frenar el aumento de la inflación en la segunda mayor economía de América Latina.
"Las compañías empezarán a quemar efectivo", dijo Carvalho, de Fitch. Y agregó que "el mercado internacional está cerrado para las compañías brasileñas, y el mercado local es selectivo".