TOKIO.- El producto interior bruto (PIB) de Japón aumentó un 0,3% el tercer trimestre en relación con el precedente, lo que permite evitar a la economía nipona un nuevo episodio de recesión que perfilaban las cifras preliminares anunciadas a mediados de noviembre (-0,2%).
Los analistas consultados por la agencia Bloomberg optaban por una revisión negativa pero de menor magnitud.
En ritmo anual, la progresión del PIB fue del 1% el tercer trimestre, cuando se había calculado con anterioridad una bajada del 0,8%.
Este vuelco, bueno para el Gobierno de Shinzo Abe, se explica por la consideración de datos más completos que condujeron a constatar una subida del 0,6% de las inversiones no residenciales de las empresas cuando se preveía inicialmente una bajada del 1,3%.
Además, la contribución negativa motivada por el hundimiento de las reservas fue menos fuerte que lo estimado precedentemente (2 contra 5 décimas) y las inversiones residenciales un poco más importantes.
La contribución positiva del comercio exterior por su parte se mantuvo en una décima.
A la inversa, y no es buena noticia, la progresión del consumo de las familias, que representa un 60% del PIB, fue revisada a un nivel ligeramente inferior (0,4% en lugar del 0,5%).
El ministro de Revitalización Económica, Akira Amari, consideró que la economía sigue "el camino de una recuperación moderada" pese a "algunos puntos débiles".
El Banco de Japón estimó que su política monetaria se adapta a la situación y no se impone una nueva flexibilización.