SANTIAGO.- Las desigualdades salarias entre hombres y mujeres es una denuncia que han realizado diversos países y organismos internacionales.
La intensidad del problema se graficó en el último cálculo del Foro Económico Mundial, que determinó que las sueldos de las mujeres alcanzarían a los de los hombres en 113 años más, si continúa el lento ritmo de avance logrado hasta ahora.
Pero, ¿habíamos escuchado confirmaciones sobre las brechas existentes entre personas con orientaciones sexuales distintas?
Estudios afirman que los hombres homosexuales ganan alrededor de un 5% menos que los heterosexuales en Gran Bretaña y Francia, y entre 12% y 16% menos en Canadá y Estados Unidos, según datos entregados por The Economist.
Sin embargo, esta discriminación podría favorecer a las lesbianas, destaca la revista británica, en base a un análisis que realizó Marieka Klawitter de la Universidad de Washington, a 29 estudios.
La académica encontró una ventaja económica de 9% para las mujeres homosexuales en comparación con las heterosexuales.
Esta discrepancia ha sido confirmada por investigaciones en Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Alemania y los Países Bajos.
Incluso si no consideraran factores como que las mujeres homosexuales tiene, en promedio, más educación formal que las heterosexuales y menos probabilidades de tener hijos, esta brecha persiste, destaca la publicación.
Eso sí, las investigaciones tienen un sesgo. Algunos estudios se basan en preguntas directas realizadas a los encuestados sobre su orientación sexual, pero alrededor de la mitad de los 29 estudios utilizaron preguntas que sugerían su condición, como con quiénes vivían y cuál era la relación con ellos.
Uno de los documentos encontró que mientras los hombres gay son menos competitivos que los hombres heterosexuales -lo que representa cerca de las dos quintas partes de su menor ganancia-, no hubo tal diferencia entre las lesbianas y las otras mujeres.
Un conclusión es que las lesbianas no tienen que comportarse de manera diferente para ser tratadas de manera diferente, al enfrentarse a la "discriminación positiva" de los empleadores que las promueven en el supuesto de que no van a tener hijos y así dedicar más tiempo al trabajo, como sí ocurriría con sus colegas heterosexuales.
Un estudio de Klawitter, publicado en 2011, encontró que los hombres homosexuales que trabajan en el sector público sufrió una penalización salarial más pequeña que aquellos en el sector privado, mientras que las lesbianas disfrutaron de una prima en el sector privado, pero ninguno en el sector público.
Una interpretación podría ser que la discriminación de todo tipo es objeto de control con más fuerza en las oficinas gubernamentales, en perjuicio de los gay y a favor de las lesbianas.
Los mayores ingresos de las lesbianas también se podría explicar debido al sueldo de su pareja: los hombres ganan más que las mujeres - sean heteros u homosexuales- por lo que las lesbianas que no tendrán el ingreso superior de una pareja masculina deberán trabajar más para compensar.
Eso explicaría el dato de que las lesbianas trabajan, en promedio, más horas por día, semanas y años que las mujeres heterosexuales. Con el tiempo, esto podría traducirse en una mayor experiencia y mejores posibilidades de promoción.
Hay una pista en un documento de Nasser Daneshvary, Jeffrey C. Waddoups y Bradley Wimmer, de la Universidad de Nevada, que encuentra que las lesbianas que han sido previamente casadas con hombres reciben una prima menor que las que no lo hicieron.
También se determinó que las parejas lesbianas tienden a trabajar más horas por igual, aún cuando tienen hijos, y varios estudios encuentran que las parejas del mismo sexo comparten las tareas del hogar más uniformemente que las heterosexuales.
Sin embargo, tienen una fuerte desventaja. Hay pruebas de que son discriminadas a la hora de la contratación en relación a las mujeres heterosexuales, pese a que ganan más.
Las tasas de pobreza entre las parejas de lesbianas son del 7,9%, en comparación con el 6,6% entre las heterosexuales.
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