SAO PAULO.- Standard & Poor's rebajó el miércoles la calificación crediticia de Brasil para dejarla aún más dentro de territorio basura, resaltando los desafíos que enfrenta la presidenta Dilma Rousseff, quien intenta recuperar la confianza de los inversores y sacar de la recesión a la mayor economía de América Latina.
S&P recortó la nota soberana de Brasil a "BB" desde "BB+", con un panorama negativo, meses después de una rebaja en septiembre que le quitó al país el duramente ganado grado de inversión.
La calificadora justificó su decisión alegando que el perfil del crédito de Brasil se ha debilitado desde el pasado septiembre, mientras que los desafíos políticos y económicos siguen siendo "considerables".
Por ello, S&P espera "un proceso de ajuste más prolongado con una corrección más lenta de la política fiscal" y pronostica que el país suramericano cerrará 2016 con una contracción económica de alrededor del 3 %, tras acabar 2015 con una retracción del 3,71 %, de acuerdo con los cálculos de los analistas del mercado financiero.
Los mismos economistas, consultados semanalmente por el Banco Central, prevén que el Producto Interior Bruto (PIB) brasileño caiga un 3,33 % este año.
No obstante, S&P proyecta que el país dará un repunte en 2017, cuando cree que crecerá un 1 %.
La agencia apuntó una vez más al enturbiado ambiente político, que mantiene a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, al borde de un juicio político en el Congreso con miras a su destitución, y que, de acuerdo con la firma, complica la aprobación de medidas de ajuste fiscal para reactivar la maltrecha economía nacional.
"Pese a los planes del Gobierno para planificar una reforma estructural, como las pensiones, esperamos que el ambiente político tras el proceso de 'impeachment' (juicio político con fines de destitución) siga limitando la viabilidad de las reformas, independientemente de quien sea presidente".
S&P señaló asimismo a los escándalos de corrupción, que salpican a decenas de políticos, como un ingrediente más que mantiene en jaque la incertidumbre del país.
"Creemos que las actuales investigaciones de corrupción de individuos y compañías de alto escalón, tanto en el sector privado como en el público, y en diferentes partidos políticos, aumentaron la incertidumbre política a corto plazo", afirmó la agencia.
Brasil perdió el pasado diciembre el sello que lo caracterizaba como buen pagador y del que gozaba desde 2008 después de que la agencia Fitch, tras S&P, rebajara la nota para la deuda soberana a la categoría de especulativa.
Por el momento, tan solo Moody's, otra de las tres grandes agencias, mantiene a Brasil.