WASHINGTON.- Un alza en los costos médicos y de vivienda llevó a la inflación subyacente de Estados Unidos a anotar su mayor avance en casi cuatro años y medio en enero, en indicios de un incremento de las presiones sobre los precios que podrían permitir a la Reserva Federal subir gradualmente las tasas de interés en 2016.
El Departamento del Trabajo dijo el viernes que su Índice de Precios al Consumidor (IPC), que excluye los volátiles componentes de alimentos y energía, subió un 0,3% el mes pasado. Fue el mayor aumento desde agosto del 2011 y siguió a un alza del 0,2% en diciembre.
"Es el sueño hecho realidad de una autoridad económica, ellos querían más inflación y ahora la tienen", dijo Chris Rupkey, economista jefe de MUFG Union Bank en Nueva York.
En los 12 meses hasta enero, el IPC subyacente subió un 2,2%, el mayor incremento desde junio de 2012, excediendo además el incremento promedio anualizado de 1,9% visto en los últimos 10 años.
El IPC subyacente se incrementó un 2,1% en diciembre. La Reserva Federal mantiene una meta de inflación del 2% y sigue de cerca la medición general de los precios, que está muy por debajo de la lectura subyacente.
Economistas consultados en un sondeo de Reuters proyectaban que el IPC subyacente subiría un 0,2% el mes pasado y que se incrementaría un 2,1% interanual. En tanto, el IPC general no registró cambios en enero tras un retroceso de 0,1% en diciembre.
La inflación es controlada de cerca en busca de señales sobre si la Fed podría continuar elevando sus tasas de interés este año, tras aplicar en diciembre su primer aumento a los costos de endeudamiento en casi una década.
Las condiciones complejas de los mercados financieros, luego de una reciente liquidación de acciones y la desaceleración del crecimiento global y doméstico, casi sepultaron la expectativa de que se produzca un aumento de las tasas de interés en marzo. Las probabilidades de un aumento de la tasa de fondos federales en el resto del año también son escasas.
Las señales de un repunte de la inflación subyacente posiblemente serán acogidas con satisfacción por las autoridades económicas, aunque sigue siendo un desafío obtener avances significativos con el trasfondo de bajas expectativas inflacionarias de las familias.
Aún así, el aumento del IPC subyacente, junto con el fortalecimiento del mercado laboral estadounidense, sugieren que todavía hay opciones de más ajustes en la política monetaria durante este año.