SANTIAGO.- La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) ofició a 14 empresas salmoneras para que entreguen informes respecto de sus planes de contingencia, con el objeto de tener monitoreado el retiro de la biomasa muerta, la cual está siendo principalmente dispuesta en plantas reductoras de la Región del Biobío y Región de Los Lagos, esto luego de la crisis del sector tras el florecimiento de algas nocivas (FAN).
En un comunicado, la SMA, señaló que este oficio luego de realizar junto al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar) a través de la Gobernación Marítima de Puerto Montt, una actividad de Inspección Ambiental a 3 centros de engorda de salmones ubicados en el Seno de Reloncaví.
"Estamos monitoreando el cumplimiento ambiental de las empresas salmoneras. Claramente existe una situación de emergencia, por lo cual se ha dispuesto de medidas especiales para el retiro de mortandades, lo cual será fiscalizado para resguardar el medio ambiente y la importante biodiversidad de las costas de la Región de Los Lagos", dijo el Superintendente del Medio Ambiente, Cristián Franz.
La autoridad añadió que la SMA ha dispuesto de fiscalizadores y coordinaciones mediante la Macro Zona Sur de la institución para colaborar con las acciones tomadas por Sernapesca y Directemar.
"Vamos a seguir monitoreando este tema durante el año, pues es importante que la industria salmonera cumpla con sus compromisos ambientales en épocas de normalidad, y muy especialmente en casos de emergencia, para evitar así cualquier daño al medio ambiente", aseguró Franz.
En el desarrollo de las inspecciones se solicitó a los titulares los informes de fitoplancton, registros de parámetros ambientales (temperatura, oxígeno) y registros de movimiento de mortalidad.
Todos estos reportes permitirán analizar el manejo ambiental que las empresas están teniendo en el contexto de la contingencia.
Ayer, una serie de trabajadores debió dejar algunos barcos que se dirigían a Alta Mar a depositar una gran cantidad de toneladas de peces muertos, debido a que el olor y el ácido sulfhídrico emanado desde los salmones les provocó dolor de cabeza, vómitos y mareos.