NUEVA YORK.- La farmacéutica fabricante del Viagra, Pfizer, renunció a su plan de compra de su competidora y fabricante de Botox, Allergan por US$150.000 millones y la mayor compra en la historia del sector de la salud, después de las trabas que habría puesto el Gobierno estadounidense para que se trasladase a Irlanda la sede fiscal de la nueva compañía para pagar menos impuestos.
Según fuentes cercanas a la operación, está previsto que las compañías anuncien este miércoles la rescisión de su acuerdo, después de que el consejo de Pfizer votara a favor de frenar el proceso de fusión y la compañía farmacéutica con sede en Nueva York se lo notificara a Allergan, con sede en Dublín.
Pfizer deberá pagar a Allergan un máximo de US$400 millones, como se estipulaba en su acuerdo de fusión, en caso de que los cambios en la normativa tributaria hicieran inviable la transacción.
La decisión de romper el acuerdo es el último revés en los continuos esfuerzos de Pfizer por superar lo que su consejero delegado, Ian Read, considera una desventaja competitiva respecto a rivales que pagan menos impuestos.
Al fusionarse con la irlandesa Allergan, Pfizer podía reducir su carga fiscal y, además, tener acceso a los miles de millones de dólares en ingresos que mantenía en el extranjero para evitar pagar impuestos de Estados Unidos, además de las que ya paga en los países donde opera.
Las acciones de Allergan cayeron el martes en la Bolsa de Nueva York un 15%, señal de que muchos inversores consideraban que la fusión no se materializaría. Las acciones de Pfizer, en cambio, subieron un 2,1%.