LONDRES.- El primer ministro británico, David Cameron, alertó del posible aumento del costo de las hipotecas, unos mil euros anuales más, (unos $785.751) si el Reino Unido vota a favor de la salida de la UE -"brexit"- en el referéndum del 23 de junio.
"Casi todos los expertos coinciden en que habrá un choque instantáneo en la economía si abandonamos la Unión Europea (UE) y hay un peligro claro y presente de unas tasas hipotecarias más altas", afirmó el líder conservador al diario "Mail on Sunday".
De acuerdo con la campaña a favor de la permanencia, el análisis del departamento del Tesoro británico indica que la incertidumbre provocada por el "brexit" puede afectar las condiciones del crédito y empujar al alza las tasas hipotecarias.
En concreto, los datos del Tesoro señalan que los tasas de interés hipotecarios podrían pasar del 1,5% al 2,2%, por lo que el pago mensual de un crédito medio podría sufrir un incremento de unas 75 libras mensuales ($74.646), con lo que el aumento anual se situaría en 900 libras ($895.756).
Además, las personas que compren su primera vivienda tendrían que pagar unas 810 libras ($807.752) anuales más, lo que les resultaría más difícil entrar en el mercado inmobiliario británico, según la campaña a favor de la permanencia en la UE.
Por su parte, el ministro británico de Economía, George Osborne, dijo al dominical "The Sunday Times" que el "brexit" puede empobrecer al Reino Unido, provocaría una volatilidad en los mercados financieros y aumentaría las tasas hipotecarias.
Sin embargo, Matthew Elliott, director de la campaña por el "brexit", dijo hoy que este es un intento "desesperado" de los que no quieren que el país se marche del bloque común.
"Incluso los que hacen campaña por la permanencia han admitido que la economía crecerá si votamos por salir (...) así que estas afirmaciones sobre las hipotecas son el último acto de desesperación de la campaña por la permanencia que están perdiendo rápido el argumento", afirmó Elliott.
La economía es uno de los temas que más acaparan el debate en la campaña para el referéndum del 23 de junio, cuando los británicos deberán decidir si se quedan o se marchan de la UE, a la que se unieron en 1973.