SANTIAGO.- Tener acceso a una red de energía eléctrica, que es considerado por algunas organizaciones internacionales como prioritario para la superación de la pobreza, aún es algo desconocido para una de cada cinco personas en todo el mundo.
Mientras que los países desarrollados como Noruega, tienen un 100% de su población con electricidad, en países como Sudán sólo llega al 5,2%. En Chile, aún hay un 0,4% sin energía, según datos del Banco Mundial.
A eso es lo que pretende dar solución el emprendimiento chileno SULI, que creó una lámpara solar portátil –compuesta por un panel solar, un LED de alta potencia y tres pilas AAA recargables- cuya carga dura hasta 60 horas.
"SULI nace de la necesidad de las personas por lograr un estilo de vida más sustentable, individuos que buscan empoderarse y participar de la solución a la actual problemática de cambio climático y energía, buscando un consumo más responsable, y generando impacto social y medioambiental al mismo tiempo", explica Cristián O'Ryan, miembro del equipo creador de este producto.
Además de estos módulos solares, lo que ellos llaman como el "más versátil del mundo", tiene diferentes accesorios hechos en impresora 3D para adaptarlo a necesidades específicas, como engancharlo a una botella de bebida cualquiera.
Las primeras unidades –que tienen un valor de $36.000- fueron puestas en el mercado a partir de junio 2016, luego de una campaña lanzada el año pasado y tras financiarse con diversos fondos públicos y privados tanto nacionales como extranjeros.