SANTIAGO.- Han pasado casi dos años desde que la española Gas Natural Fenosa tomó el control del grupo CGE y, a la fecha, la evaluación de esa adquisición, que involucró US$3.300 millones, es positiva.
Así lo asegura en su primera entrevista desde que asumió en abril del año pasado el gerente general de CGE, Antonio Gallart, quien dice a
"El Mercurio" que Chile es un país fiable, con instituciones sólidas tanto sociales como económicas.
"El crecimiento no es el mismo que tenían, pero ya no ocurre en ningún país del mundo, y el debate social hoy lo tenemos en casi todos los países. Somos optimistas (...). Nuestra visión es la del vaso medio lleno, a diferencia de algunos colegas chilenos que lo ven medio vacío y bien distinto", advierte el ejecutivo en alusión al análisis que realiza un sector del empresariado local ante el escenario económico que enfrenta el país.
El grupo tiene ambiciosos planes en los próximos cinco años y pretende invertir US$1.700 millones, monto que se destinará en un 40% al sector eléctrico y en un 60%, al desarrollo del negocio del gas. Pero no es todo, ya que podrían inyectar otros US$1.000 millones adicionales si es que se configura un escenario propicio para ciertas inversiones.
De este monto, US$600 millones corresponderían a proyectos de mejora de calidad del servicio (por ejemplo, para reducir el tiempo de las interrupciones en el suministro que puede llegar hasta 15 horas, versus el estándar europeo que se aproxima a una hora).
Sin embargo, ello depende también de un up grade en la regulación, que haga exigibles esos estándares de seguridad en el abastecimiento al mercado de la distribución. Los restantes US$400 millones se destinarían a la generadora Tierra Noble, proyecto de ciclo combinado a gas que hoy compite por ganar un contrato en las licitaciones de suministro que se adjudicarán mañana miércoles.
Gallart subraya que como grupo confían en el país: "Hay otros inversionistas que pueden tener otra visión, pero yo espero y creo que no nos vamos a equivocar. Creemos que hay una oportunidad y debe haber cooperación. Necesitamos compartir el desafío complejo que tenemos y que nadie lo puede resolver por sí solo", asevera. Añade que en un grupo como CGE, "hay tanto talento, que si no somos capaces de compartirlo, estamos perdiendo la principal palanca de desarrollo que tenemos".
Continua la simplificación
Desde la llegada de Gas Natural Fenosa al control, los cambios en CGE no han parado. "Esta es una evolución continua", manifiesta el ejecutivo al respecto.
Al aterrizar en la compañía, los españoles se encontraron con una malla societaria compleja, fragmentada, "con 80 sociedades, 27 directorios y empresas que no tenían nada que ver con el giro", advierte. De ahí que el principal objetivo de los controladores sea simplificar la estructura, enfocarse cada vez más en lo que saben hacer, potenciar el gobierno corporativo e instalar una organización "ágil, enfocada y bien alineada", en donde se promuevan los talentos y exista una cultura común e inclusiva que respete la identidad y la cultura local, dice Gallart. En este proceso de transformación, el grupo ha trabajado con el Boston Consulting Group.
La semana pasada, Gas Natural Fenosa se fusionó con CGE e hicieron público su cambio de imagen, que combina lo mejor de los dos mundos, según el ejecutivo: la experiencia de CGE representada por su marca, junto a la mariposa de Fenosa, como símbolo de todo lo que pueden aportar los nuevos dueños al desarrollo de la compañía. La idea de la simplificación apunta a crear distintas unidades de negocio: una eléctrica, otra de gas natural, otra de generación y otra de servicios compartidos, dice Gallart. Algunas de estas áreas estarán divididas entre los negocios regulados y lo no regulados.
Entre los cambios que han hecho en estos dos años destaca la unificación de la gestión de las distribuidoras de electricidad, donde el foco final ideal sería que existiera "un solo RUT", dice el ejecutivo. En tanto, en el negocio del gas acaban de vender los activos de gas licuado de petróleo (GLP), agrupados en Gasco S.A., a la familia Pérez Cruz, mientras ellos se quedaron con el negocio del gas natural. Por otro lado, separaron en Metrogas el negocio de aprovisionamiento del de distribución del hidrocarburo y vendieron su participación en GNL Quintero.
Gallart comenta que esta simplificación podría implicar, incluso, reunir las filiales en el mismo edificio ubicado en Nueva Las Condes, lo que incluiría a Metrogas, cuyas oficinas centrales están hoy en el Regidor 54, a pasos de Apoquindo.
Hoy, el grupo tiene cerca de cinco mil trabajadores, mientras al momento de la compra contaba con, aproximadamente, 7.500 personas. La baja se explica por la salida del negocio de GLP.
Además del fortalecimiento del negocio eléctrico -donde buscarán mejorar las interrupciones del sistema-, el grupo está enfocado en la gasificación del país, donde espera entregar gas por red a 34 comunas -principalmente en el sur-, adicionales a las 45 que ya abastece. A su vez, buscarán desplegar más calefacción a gas. Ese plan consiste en sumar 800 mil clientes en 10 años y considera una inversión por US$1.100 millones. "Si conseguimos las concesiones (ya han pedido 16) pasaríamos de conectar 35 mil hogares al año a 100 mil anualmente", dice.
En paralelo, tienen la intención de apoyar el desarrollo de infraestructura para entregar gas al transporte público. "Nosotros ponemos el equipo y suministramos el gas para favorecer su desarrollo", consigna.