SANTIAGO.- Disconformidad. Así se resumía la sensación de diferentes representantes de los partidos tanto de oposición como del oficialismo, tras la promulgación de la reforma laboral, que cerró un largo proceso de debate.
"Esto no es el proyecto que queríamos, queríamos un proyecto que tuviera mas músculo en particular en la titularidad sindical. Pero no cabe duda de que este proyecto es un tremendo avance en relación a lo que teníamos", manifestó el senador Juan Pablo Letelier, integrante de la Comisión de Trabajo del Senado.
En esa línea, el presidente del Partido Comunista, dijo que el resultado de la reforma laboral "es un poco de dulce y de agraz porque no salió tal como el Gobierno envió el proyecto, ni como lo aprobó el parlamento. Salió con un elemento menos importantísimo, como era la titularidad sindical que la derecha echó abajo a través del Tribunal Constitucional".
Apuntó que "de alguna manera, las leyes se pueden ampliar y modificar, y perfectamente esta en un futuro cercano se podrá hacer".
Mientras que el presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, Andrés Zaldívar, expresó que "era partidario de haber hecho una reforma constitucional para haber dado la titularidad sindical como correspondía ya que el Tribunal Constitucional no nos lo permitió".
Oposición insiste en que es una mala reforma
El presidente de Renovación Nacional, Cristián Monckeberg, sostuvo que esta nueva ley "es una muy mala reforma del Gobierno y está a la vista las consecuencias negativas que ya está produciendo".
Sobre la ausencia de parlamentarios de Chile Vamos al acto en La Moneda, el líder de RN dijo que "nos parece que nosotros no tenemos nada que hacer en la ceremonia oficial donde se está promulgando y haciendo pública la reforma que es mala. Cuando es mala, nos corresponde corregirla como lo intentamos nosotros, pero no aplaudirla y estar celebrando con el Gobierno una reforma que va por mal camino".
El diputado de la UDI, Patricio Melero, dijo que "creemos que con esta promulgación se perdió una oportunidad de haber hecho la reforma laboral que Chile del siglo XXI necesitaba".
"Esta reforma no es un progreso, es un retroceso, porque no va a generar oportunidad de trabajo, no pone énfasis en los que más le falta trabajo como mujeres y jóvenes y sobre todo, no permite ni promueve que los sindicatos crezcan por la vía de incentivar la participación, sino que la restringe y lo que es peor la dificulta", afirmó.
