SANTIAGO.- El impacto mediático que ha desatado la "desaparición" de Rafael Garay ha puesto en duda la legalidad de sus negocios, su estado de salud y su credibilidad.
Cuando en marzo de este año se conoció que AC Inversions estafó a unas cincos mil personas por su modelo de negocio piramidal,
Rafael Garay entregó a Emol una serie de recomendaciones para aquellos que quisieran invertir y protegerse de estos ilícitos.
En ese momento, el economista aseguró que el problema de estos esquemas es que se descubren sólo cuando quiebran.
"Si te están diciendo 5% mensual, estamos hablando 60% al año, esa cuestión no existe en ninguna parte del mundo", aseguró y sostuvo que el primer consejo es que "cuando te hablen de una rentabilidad fija, mensual, a todo evento, alta y sin riesgo, eso es mentira".
Añadió que "la seriedad de una empresa va ir en línea con informar al cliente no sólo de los retornos posibles sino que de los riesgos posibles. Si una empresa minimiza o anula los riesgos, es una alerta de que no es seria".
Antes de viajar a Francia,
Garay envió un correo a los 518 clientes de su empresa Think & Co, en el que les informaba que cerraría la compañía y prometía reintegrar "el 100% de los recursos administrados hasta ese momento".
Esto va en línea con el proceso de liquidación de sus sociedades y activos que informó a mediados de año -cuando declaró su enfermedad-, hecho que encendió las alertas porque algunas de sus sociedades (Think & Co, Capital & Development y Bourse Up) tenían instrumentos de inversión, en los cuales varias personas habrían comprometido dinero con la promesa de recibir a cambio retornos por sobre el mercado -entre 9% y 3%- dependiendo de la fecha de ingreso.
"Esquemas que estén rentando por arriba del 2% mensual diría 'esto me suena que es un poquito alto", aseguró Garay en marzo, y enfatizó que "ninguna regulación resiste cuando el ánimo de quien está gestionando la empresa, es estafar".
"Aquí no hay un error, no es casualidad, no es que lo estaban haciendo súper bien y de repente les fue mal, aquí está el ánimo y la intención dolosa de estafar", recalcó en ese momento el economista.