MIAMI.- Para algunos de los asistentes del Chile Week –realizado esta semana en Miami, New York y Philadelphia– esta iniciativa no sólo ha sido una oportunidad de negocios para atraer inversionistas.
Desde la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex), ésta fue una instancia para hacer una dura crítica al actual monopolio de manzanas y kiwis en Nueva Zelanda y critica al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) en esa materia.
"Más que un perjuicio, es una traba. Nosotros creemos que ningún país que esté apoyando una actividad monopólica de este tipo, que perjudica a un tercer país, debería ser parte de esta organización, salvo que busque soluciones al tema. Nosotros creemos que ésta es una situación que nos puede perjudicar aunque hoy se elimine, porque es tanto el poder que tiene que pueden ejercer una actividad muy similar a la que hacen ahora sin tener ningún tipo de monopolio", explicó el líder gremial.
Según explicó Bown, éste fue el tema principal que abordó durante una exposición a estudiantes de la Universidad de Miami: "Dimos esta charla con el objetivo de dar a conocer qué es lo que hemos hecho como país desde el punto de vista frutícola, pero también desde una óptica de dar a conocer cuáles son las trabas que en este momento nuestra fruticultura sufre en relación a ciertos monopolios".
"Yo creo que la agricultura en general ha sido un elemento bastante importante desde el punto de vista de aminorar el decrecimiento, hemos crecido en los últimos dos años a tasas superiores de lo que ha crecido el país"
Ronald Bown
Según Bown, este escenario "está perjudicando las relaciones comerciales. (...) El monopolio que mantiene la empresa Zespri, que es una empresa semiestatal y que ha perjudicado, reitero, no solamente a Chile y sus posibilidades de comercialización de la fruta, sino que también a muchos países de Europa como Italia, Francia, Grecia que son grandes productores de kiwi".
Este monopolio al que se refiere Bown significa que todos los productores de kiwis neozelandeses tienen que venderle solamente a una entidad, que en este caso es a Zespri, "y esa entidad a la vez, es la única que vende en el exterior, por lo tanto el poder que tiene de control respecto de la calidad del producto, de los volúmenes donde embarca es absolutamente inédito, nadie en el mundo lo tiene".
Pero, ¿por qué se dio? "Porque subsistió lo que existía en muchos países en que habían entes privados o no privados que regulaban los volúmenes a su antojo. Eso fue desmantelado por la misma Organización Mundial de Comercio, pero subsistió, no sé cómo, pero no ha sido posible limitarlo, excluirlo o eliminarlo y lo que nos queda es denunciarlo públicamente a gente como los estudiantes en las universidades que están viendo el carácter del comercio internacional", dice.