SANTIAGO.- Aunque la migración hacia Chile ha crecido de manera relevante en los últimos años, aún representa una pequeña fracción de la población (2,65%).
Desde una perspectiva socioeconómica, los inmigrantes se caracterizan por tener un mayor nivel de educación, una tasa de ocupación laboral más alta, ingresos laborales más elevados y una mayor propensión a ahorrar que quienes nacieron en Chile, entre otros aspectos, lo que les convierte en potenciales clientes bancarios, sujetos de crédito.
Según un informe de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), en términos globales, se constató que los inmigrantes tienen un similar nivel de acceso a productos bancarios respecto a quienes nacieron en Chile.
Así, el estudio da cuenta que el porcentaje de personas de entre 18 y 65 años de edad que posee una tarjeta de crédito bancaria es prácticamente idéntico para inmigrantes (20%) y chilenos (19%).
Lo mismo ocurre para la tenencia de chequeras (13% y 11%) y líneas de crédito (12% y 11%), productos que generalmente se asocian a la tenencia de una cuenta corriente.
Asimismo, la tarjeta de débito -producto masivo y de carácter netamente transaccional, asociado tanto a cuentas corrientes como a cuentas vista- se encuentra ampliamente presente, tanto en residentes como en inmigrantes.
"Si bien la tenencia es algo menor en inmigrantes (52%) que entre los nacidos en Chile (62%), esta brecha disminuye rápidamente con la antigüedad de los inmigrantes, desapareciendo casi por completo en el caso de quienes llevan más de cinco años en el país", sostiene el reporte.
El documento del gremio bancario indica, además, que algo similar ocurre con los demás productos bancarios: la tenencia es significativamente menor entre quienes llevan menos de dos años en el país, pero aumenta rápidamente con la antigüedad. De hecho, los inmigrantes con entre dos y cinco años de estadía en el país tienen esencialmente la misma probabilidad que los chilenos de estar bancarizados.
En cuanto al acceso a crédito bancario, el informe señala que los antecedentes de la encuesta Casen indican que los inmigrantes tienen niveles de acceso cercanos a los de la población general. Así, el 9% de los hogares donde el jefe de hogar es inmigrante responde tener un crédito hipotecario vigente, comparado con un 11% en el caso de los jefes de hogar chilenos.
"Todo lo anterior indica que en Chile no existen barreras importantes para que los inmigrantes accedan al sistema financiero formal, más allá de los requisitos generales en cuanto a documentación y evaluación comercial".