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Historiadores afirman que Donald Trump no es el primer Presidente proteccionista de EE.UU.

Expertos explican que con el control de la Casa Blanca hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial, el Partido Republicano creó un "muro de aranceles" para proteger a la naciente industria del país norteamericano.

26 de Enero de 2017 | 09:45 | Emol
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AFP
WASHINGTON.- Un presidente proteccionista en el reino del libre mercado: la nueva dirección que Donald Trump le da a la economía de Estados Unidos puede parecer incongruente, pero las restricciones al comercio tienen una larga historia en la Casa Blanca.

Mucho antes de que Trump amenazara a China y México con barreras comerciales, otros presidentes estadounidenses han recurrido al proteccionismo, especialmente integrantes del Partido Republicano que hoy apoya fuertemente la liberalización del comercio.

Por ejemplo, el venerado Ronald Reagan, quien aumentó en 45% los aranceles sobre las grandes motocicletas japonesas en 1983, en momentos en que Washington acusaba a Japón de inundar su país con bienes baratos.

Cuatro años después, Reagan, quien era el defensor del libre mercado en oposición a la economía planificada de la Unión Soviética, gravó algunas importaciones de televisores y computadores nipones con el 100% de impuestos, tras imponer cuotas de importación a sus autos y acero de Japón.

Además, en 1971, el republicano Richard Nixon puso fin al patrón oro -la convertibilidad del dólar estadounidense en ese metal- e impuso un 10% de recargos a las importaciones para alentar a sus socios comerciales a revalorizar sus monedas.

"Muro de aranceles"


Olvidado tras el triunfo de la ideología del libre comercio en los últimos 25 años, estos golpes de proteccionismo están en las raíces del Partido Republicano.

"Desde su fundación y durante décadas, los republicanos han sido el partido de los aranceles altos basado en la idea de que Estados Unidos necesitaba desarrollar su capacidad industrial", indicó el historiador de la Universidad de California, Eric Rauchway.

El "Grand Old Party", fundado en 1854 era en aquel momento cercano a los capitanes de la industria del noreste de Estados Unidos, que buscaban protegerse contra las importaciones de Gran Bretaña, la principal potencia de la época.

Con el control de la Casa Blanca hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial, el partido creó un "muro de aranceles" para proteger a la naciente industria estadounidense, señaló el autor de la historia económica estadounidense "Land of Promise" (Tierra de promesas), Michael Lind.

Detractores


Apoyadas por el Partido Demócrata, la grandes plantaciones sureñas -una industria basada en la esclavitud- bregaba por el libre comercio que les permitiría vender algodón a Gran Bretaña e importan equipamiento industrial más barato que el fabricado domésticamente.

No obstante, bajo el liderazgo republicano, el proteccionismo estadounidense se arraigó en la primera mitad del siglo XX, y se intensificó en los años previos y durante la Gran Depresión.

La ley Smoot-Hawley de 1930, impuso aranceles sobre más de 20.000 productos importados, empeorando los males del momento.

Algunas reliquias de la época han sobrevivido hasta el presente. La ley "Compre Estadounidense" de 1933 obliga al gobierno federal a favorecer las compras de bienes "Made in USA".

Con los cimientos de la industria europea y japonesa devastados con la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos viró radicalmente hacia un nuevo paradigma.

"La elite de negocios republicana y los industriales viraron hacia el libre comercio porque ya no tenían competencia. En aquel momento, Estados Unidos tenía el monopolio de las manufacturas", dijo Lind.

"Proteccionismo defensivo"


Las corrientes proteccionistas reaparecieron en la década de 1970, cuando la industria de Japón y Alemania retomó impulso. Volvieron a tener un empuje en los años 80, cuando Estados Unidos sufrió una profunda recesión entre 1980 y 1982.

Según explicó Rauchway, "la idea de que ante una crisis económica deberíamos regresar a algún tipo de proteccionismo siempre ha tenido capacidad de seducción".

Y a medida de que Estados Unidos se volvió más fuerte, el proteccionismo propio de EE.UU. cambió de apariencia, menos preocupado por incubar la industria local que en mantener fuera a productos más baratos.

Al hostigar a China y retirarse el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP), el Presidente estadounidense parece haber adoptado esta línea de pensamiento."Es el proteccionismo defensivo que Trump está resucitando", subrayó Lind.
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