SANTIAGO.- Los estadounidenses que estén reservando vuelos por Internet para matrimonios y escapadas de fin de semana en los próximos meses tendrán su primer encuentro con la clase "económica básica", una nueva categoría de pasajes aéreos ofrecidos por las tres mayores aerolíneas estadounidenses.
Estos tickets aéreos, habitualmente entre US$15 y US$30 más baratos que los de clase económica tradicional, están diseñados para permitir que American, Delta y United compitan mejor con compañías de muy bajo costo como Frontier Airlines Holdings Inc. y Spirit Airlines Inc.
Están dirigidos a viajeros para quienes el precio es más importante que la comodidad, ya que conllevan muchas restricciones adicionales: no hay posibilidad de reservar anticipadamente la plaza; sus titulares son los últimos en embarcar, y no hay posibilidad de cambios o mejoras. (Y, en United Continental Holdings Inc., no hay derecho al compartimento superior para el equipaje de mano).
Como era de suponer, la categoría económica básica ha sido criticada como una nueva medida en el impulso implacable del sector aéreo de despojar de toda comodidad y gracia de la clase más barata.
Pero hay un truco aquí, consigna Bloomberg: esta consternación pasa por alto un cambio mucho más insidioso; al tiempo que agregaron estas nuevas tarifas de oferta ultra bajas, las aerolíneas también encarecieron los precios de las plazas económicas tradicionales. ¿La estrategia? Si un consumidor ve que hay una clase incluso más baja, pagará un poco más por el siguiente nivel.
En otras palabras, aquí es donde una regla básica de venta al por menor llega a los vuelos. Como las listas de vinos de restaurante han demostrado durante décadas, la mayoría de la gente evita los extremos de precios. Las botellas más baratas son automáticamente sospechosas. ¿Es una bazofia? ¿Qué piensan mis compañeros? A la vez, las cosechas más costosas son a menudo obscenamente inasequibles, casos obvios de precios extremos.
Lo mismo ocurre ahora con las tarifas aéreas. American Airlines Group afirmó que aproximadamente la mitad de los compradores en sus mercados de prueba iniciales pasan de la tarifa básica más baja a la económica más cara, mientras que United sostuvo que entre un 60 y un 70% de sus compradores eligen la clase económica estándar. (cabe señalar que la tarifa básica de United tiene restricciones más onerosas que las de American y Delta).
Este cambio en los precios representa un cambio estructural para un sector que ha tenido problemas para mantener los aumentos de tarifas. Los intentos de aerolíneas grandes por aumentar los precios a menudo son frustrados por una variedad de factores: JetBlue Airways Corp. o Southwest Airlines. pueden negarse a unirse a la alza; una aerolínea en crecimiento podría ofrecer tarifas incluso más bajas, o un problema en el mercado o un atentado terrorista podrían desplomar la demanda.
Las aerolíneas, naturalmente, están promocionando las nuevas tarifas básicas como una victoria para la elección del consumidor. Pero no es tan sencillo.
Conforme se convierten en comerciantes más sagaces, las tres grandes aerolíneas consideran que las tarifas de la sección económica básica y el aumento de las ventas de clase "económica preferencial" -con más espacio para las piernas y amenidades- valen al menos US$1.000 millones en ingresos adicionales.
"La segmentación de clientes, para mí, es una de las características de lo que es diferente en el sector esta vez", señaló Paul Jacobson, director financiero de Delta Air Lines, en una conferencia de inversionistas de Deutsche Bank AG..