Expertos debaten sobre limitación para cambiarse de fondo |
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En términos generales, la idea tiene costos y beneficios, pero me parece que apunta en la dirección correcta. El principal costo es la menor libertad que tienen los afiliados para decidir el nivel de riesgo de las inversiones de sus fondos. Esto es relevante porque hoy en día muchas personas no perciben que los ahorros sean de su plena propiedad. Esto afecta la legitimidad del sistema y desincentiva su participación. Respecto a los beneficios de esta restricción (…) primero, los estudios muestran que las personas que se cambian frecuentemente de fondo logran rentabilidades inferiores a las que obtendrían si no se cambiaran con frecuencia. Por lo tanto, esta medida beneficiaria a quienes se cambian. Si estas personas entendieran las implicancias de sus decisiones y asumieran los costos de manera individual, no necesitaríamos restringir los cambios de fondo. Sin embargo, el nivel de educación previsional es bajísimo por lo que no creo que quienes se cambian con mayor frecuencia cuenten con todos los elementos de juicio. Un segundo problema es que cuando los cambios son masivos, hay otros actores que también pagan los costos, entre ellos, los mismos afiliados que no se cambian. En relación al mecanismo, no estoy seguro que sea el más idóneo. |
Lo veo como algo positivo, porque el sistema de inversiones está concebido para ser una decisión de inversión de largo plazo, entonces con la movilidad que hemos visto en el último tiempo, especialmente por asesores previsionales como Felices y Forrados, eso ha generado un nivel de movilidad espuria de los afiliados, por razones que son de aprovechamiento de corto plazo de oportunidades de mercado. Eso puede parecer beneficioso para quienes están involucrados, para quienes se subieron la ola y se cambian de un lado para otro, pero tal como emigran de uno a otro fondo, las administradoras de esos fondos se ven obligadas a liquidar esos fondos, por tanto su precio cae. Esas movilidades de corto plazo “generan” su propia rentabilidad para quienes se mueven, pero esa rentabilidad para algunos necesariamente es pérdida para otros. Amplifica las diferencias a favor de uno y en contra de otros. Quizás lo negativo es que se limite la posibilidad de A y B para los afiliados de mayor edad. Entiendo que las personas de mayor edad pueden preferir menos riesgos y menor rentabilidad, pero esa es una decisión de ellos, no todos son pocos ilustrados, pero es bueno ponerle límite a la velocidad que te cambias de un fondo a otro. |
Lo óptimo es que la gente estuviera más informada, esa sería la primera política que habría que buscar. Lo complicado que de alguna manera se está renunciando a eso y se opta por la prohibición, que no es la mejor alternativa. Lo que ocurre es que si no se hace nada, pueden pasar situaciones como lo que vimos este año sobre estos llamados del señor Mesina (No + AFP) a que la gente se cambiara (de fondos) y eso generó un daño no menor de las futuras jubilaciones de esas personas. Lo mejor es tratar de educar y sí podría habría que estudiar bien la propuesta. Sí uno podría tener ciertas limitaciones o que las personas para cambiarse de fondos las personas pudieran aprobar ciertos requisitos, cosa que no lo puedan hacer tan sencillamente, porque mientras que no estemos seguros que la gente está tomando la decisión informada, podríamos estar generando un daño. Estas son inversiones de largo plazo, y no es buena idea manejarlas con tanto movimiento, es muy riesgoso, esto ya es una inversión que tiene riesgo y si además le sumo tomar decisiones con falta de información, lo que hago es aumentar el riesgo. Está bien que haya una regulación prudencial y que no sea tan simple cambiarse de fondo, esta parece, a lo mejor, un poco excesiva, pero sí deba haber regulaciones en estos. Sí hay personas que tienen el conocimiento suficiente y que a su propio riesgo lo quieren hacer, pero ahora no van a tener la libertad para eso. |