SANTIAGO.- En el último tiempo la atención se ha fijado en el futuro de la electromovilidad en el mundo. Así, al ser uno de los mayores productores de litio, Chile ha querido posicionarse como un actor relevante de esta nueva forma de transporte, ya que este mineral es un insumo necesario para la fabricación de las baterías que utilizan los vehículos eléctricos.
Luego del acuerdo firmado entre la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), en que se modificó el contrato para la explotación en el Salar de Atacama, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, ha planteado la posibilidad de darle un valor agregado a la extracción del "oro blanco" de la minería chilena.
En El Mercurio afirmó que llegó a su última etapa el llamado internacional que hizo Corfo, para que empresas hicieran ofertas para invertir en instalaciones productivas en el país que permitan dar valor agregado a la industria del litio. Seis de las compañías que se presentaron entregaron una oferta concreta de montos de inversión.
De hecho, hace unos días Bitran planteó la "gran oportunidad" que se abre para Chile a partir del desarrollo de la electromovilidad y las energías renovables no convencionales. En este escenario, las baterías de litio son un recurso clave que aumentará su demanda globalmente en los próximos años.
¿Sería posible una industria de este tipo a nivel local?
El director del Centro de Innovación del Litio (CIL) de la Universidad de Chile, Jaime Alée comentó que, aunque el mercado está más maduro que hace algunos años, a Chile aún le falta saber más en temas de industria y de producción de manufactura. "Somos buenos para hacer proyectos pilotos pero no sabemos fabricar en cantidades industriales, no tenemos ese conocimiento", sostuvo.
Alée fue uno de los que desarrollaron la primera batería de litio de Chile, Elibatt, que fue creada en 2014 en el CIL, pero que no prosperó en su comercialización.
Respecto de la posibilidad de generar este producto en el país, aseguró que "Chile nunca ha tenido impedimento de fabricar baterías, ni de fabricar autos, ni aviones, pero no tiene mucha relación que uno tenga una materia prima con el hecho de dedicarse a desarrollar una industria".
En esa línea, que el país tenga alrededor del 52% de las reservas mundiales de litio, según cifras del Ministerio de Minería, no es determinante para el desarrollo de manufactura a partir de este elemento.
Daniela Desormeaux, economista experta en recursos naturales y gerente general de SignumBOX, coincidió al respecto, ya que "el hecho de que tengamos el litio no implica necesariamente que sea económicamente viable fabricar y ensamblar la batería en Chile como producto terminado, ya que hay otros materiales que son críticos y que no necesariamente están en nuestro país".
Sobre esta posibilidad, la experta planteó que hay que ir de a poco y que "lo que se está haciendo en materia de atraer inversionistas extranjeros para que fabriquen materiales de cátodo, por ejemplo, es un gran primer paso".
Por otra parte, el director del CIL afirmó que hay que "analizar la industria sacándola del ruido que tiene el discurso oficial del litio, que porque uno tiene litio puede hacer cualquier cosa, la verdad es que no es tan fácil".
El académico sostuvo que el negocio debe estudiarse dentro de las posibilidades de Chile. Por ejemplo, en el caso de la producción de baterías para vehículos eléctricos, explicó que es muy difícil competir con industrias multimillonarias como Samsung y Panasonic, que son líderes mundiales en este mercado.
"Nosotros creemos que van a aparecer nichos en el mercado para soluciones más pequeñas, en donde uno potencialmente tiene la capacidad para trabajar a una escala menor y particularmente en baterías estacionarias para soluciones específicas, como el respaldo energético para las casas", señaló Alée.
Además, Desormeaux destacó la importancia que se le está dando a la búsqueda de nuevos minerales, "como es el caso del cobalto, que también se utiliza como material de cátodo de baterías".
"Esta me parece la forma adecuada de ir avanzando en la cadena de valor agregado de nuestros productos", agregó la economista.